En 2008, sin ningún antecedente, tuve mi primer acercamiento al trabajo del cineasta italiano Matteo Garrone, con su sensacional largometraje “Gomorra”, en el que se inmiscuye al mundo de la camorra y toda la violencia que genera en su entorno. Posteriormente, lo reencontré con “Reality” en 2012, con la que ganó el Gran Premio del Jurado en Cannes y finalmente “Dogman” en 2018, con la que participó por Mejor Película de Habla no Inglesa en los premios Óscar; todas ellas de gran calidad narrativa y plagadas de una crudeza visual y dramatismo argumental, que estallan en el espectador una especie de adrenalina.
Como tal, Garrone mantiene su estilo narrativo en Pinocho (Pinocchio, 2019), deslumbrando a sus seguidores con detalles verdaderamente distantes de la clásica historia de 1940, que nos dejó el genio Walt Disney, donde la parte dramática es la distancia y el amor paterno; sin embargo, el italiano, le imprime chispazos de neorrealismo, para potencializar el drama, que con esto apenas comienza.
El ganador del Óscar en 1997 por protagonizar “La vida es bella”, Roberto Benigni es Geppetto, quien encabeza el rol de actores de la cinta, acompañado por el pequeño Federico Lelapi como Pinocchio, quien cumple con una decorosa participación histriónica.
En un punto, la historia se vuelve una fábula, poniendo a cuadro a animales humanizados, que interactúan con el personaje de madera, lo cual le da un toque mágico al filme, que ciertamente son elementos del cine de fantasía y que en realidad le aportan fuerza a la cinta.
Se trata de una ambiciosa adaptación al cuento de Carlo Collodi de 1882, que no podía ser pensada sin el espectacular trabajo técnico, comenzando por los efectos visuales, a cargo de Theo Demeris y Rodolfo Migliari; el maquillaje de Dalia Colli y Mark Coulier, y el Mejor vestuario de Massimo Cantini Parrini, que se mimetizan con el ambiente notoriamente pobre que propone Garrone.
Una historia, aparentemente tan conocida como esta, va a ser complicado que llene las expectativas de todos aquellos amantes del cine de Disney, pues como es costumbre de Garrone, en la historia se extraen fulgores oscuros de los personajes y detalles tenaces de la historia que nos quiere plasmar en la pantalla.
Habrá que comentar que el filme cumple con la máxima del cine que es entretener, aunque cierto es que habrá muchos espectadores a los que nos les agrade, por la distancia que evidentemente toma de la cinta de Disney que quedó marcada por muchos tiempos en diversas generaciones. A título personal, es un filme sumamente recomendable.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.