Lo que ocurrió este fin de semana en Puebla no es otra cosa que una sucesión de incidentes tras un hecho clave: la traición de Alejandro Armenta al gobernador Miguel Barbosa y a su actual partido, Morena.
Alejandro Armenta había acordado una paz temporal hasta 2024 con el gobernador Barbosa. Testigo y promotor del armisticio fue el senador Ricardo Monreal.
Armenta ya había atacado previamente al gobernador. Testigo de ese ataque es Edgar Moranchel. El abogado del senador, Freddy Erazo, fue el autor de la afamada frase “dos inyecciones de miel” con el objetivo de cometer un magnicidio.
Pese a esa afrenta, Monreal buscó reunir al gobernador y a su nuevo hijo político para buscar la pax romana.
Pero Armenta olvidó el acuerdo y promovió a Freddy Erazo como magistrado del Tribunal Electoral del Estado de Puebla. La designación violó la equidad de género establecida para el cargo y por eso el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tiró el nombramiento.
Desde entonces comenzó un continuo de sucesos que culminaron en la sesión del Consejo Estatal de Morena de este fin de semana.
Edgar Garmendia y Alejandro Armenta comenzaron a movilizar a sus operadores en el estado para vender candidaturas a diputaciones y alcaldías.
Tan certera es esta acusación, que el diputado presidente del Congreso Gabriel Biestro la sostuvo el viernes pasado.
De la misma forma el gobernador lo señaló. Dijo que quienes actuaban como antiguos priistas eran justo quienes repartían las candidaturas.
Y los destinatarios fueron Alejandro Armenta, Edgar Garmendia y Carlos Evangelista, estos últimos secretario general y delegado de Morena en Puebla.
Justo estos personajes son los que hoy se atrincheran para permanecer en los cargos. De acuerdo con fuentes consultadas por este periodista, ya hay aspirantes que incluso les facilitaron dinero a los representantes de Armenta Mier.
Y aquí viene el cuestionamiento más importante: ¿sabe Mario Delgado que Alejandro Armenta está operando para su grupo?
Porque en ese caso, Delgado está dejando que se fortalezca en el estado el equipo de Ricardo Monreal, no el de Marcelo Ebrard, líder político de Delgado y muchos otros morenistas más.
En cualquier caso, quien ha traicionado a Morena, al gobernador y tal vez ahora a Fuerza Social por México es Alejandro Armenta. Su juego es él solo.
Mario Delgado debe decidir si le pone un alto al bloque y estrategia de Armenta Mier que beneficiará solo a Ricardo Monreal o si decide al fin operar para su líder político: Marcelo Ebrard.
De su decisión depende el futuro de Morena en Puebla.