Científicos han descubierto que la variante de COVID-19 identificada en Sudáfrica presenta resistencia al ataque de anticuerpos ante tratamientos que emplean plasma sanguíneo de pacientes recuperados, y de acuerdo con lo publicado en la revista bioRxiv, podría reducir la eficacia de las vacunas.
Se trata de la variante 501Y.V2, detectada a finales del año pasado por expertos sudafricanos en genómica en la región de la bahía de Nelson Mandela. Científicos ya investigan si las vacunas que se desarrollan en la actualidad en todo el mundo son efectivas contra esta cepa del coronavirus.
Con base en el informe elaborado por un equipo de científicos de tres universidades sudafricanas que trabajan con el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles (NICD): "Este linaje exhibe una capacidad completa de escapar de tres clases de anticuerpos monoclonales terapéuticamente relevantes".
Además, el estudio indica que la variante "501Y.V2 muestra una capacidad sustancial o completa de escapar de los anticuerpos neutralizantes en el plasma convaleciente del covid-19", y subraya que existe "la posibilidad de reinfección y pueden presagiar la eficacia reducida de las vacunas actuales".
Aunque no se ha comprobado la efectividad de las vacunas actuales contra esta variante, los científicos argumentan que los resultados de los que disponen evidencian la necesidad de crear nuevas vacunas para enfrentar a "la amenaza en evolución".
De acuerdo con el principal epidemiólogo de Sudáfrica, Salim Abdool Karim, la variante 501Y.V2 se une más fácil a las células humanas y es 50 % más transmisible que la cepa original.
Se ha comprobado que esta mutación, que ya se ha extendido a al menos 20 países, es el principal impulsor de la segunda ola de infecciones por COVID-19 en Sudáfrica; a principios de este mes alcanzó un nuevo pico diario de contagios con más de 21,000.
