Una reacción adversa a la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 podría ser responsable de hasta 23 muertes reportadas entre pacientes delicados y ancianos en hogares de ancianos en Noruega, según un comunicado de la Agencia Noruega de Medicinas (NoMA) el viernes.
Los estudios sobre la vacuna Comirnaty (Pfizer-BioNTech) incluyeron a pocos participantes mayores de 85 años y no incluyeron a pacientes con enfermedades inestables o agudas, según NoMA.
"La evaluación sugiere que las reacciones adversas comunes a las vacunas de mRNA, como fiebre y náuseas, pueden haber contribuido a un resultado fatal en algunos pacientes delicados", dijo Sigurd Hortemo, médico jefe de NoMA.
Los informes de presuntas reacciones secundarias, incluyendo la muerte, se reciben a diario y son evaluados continuamente tanto por la NoMA y el Instituto Nacional de Salud Pública (NIPH), reza el comunicado de prensa.
Como resultado de las 13 autopsias sobre el cuerpo de los fallecidos realizadas para la evaluación, el NIPH ha actualizado las pautas de vacunación contra el COVID-19, proporcionando consejos más detallados sobre cómo inmunizar a los ancianos más delicados.
"Para los pacientes más frágiles, sin embargo, incluso los efectos secundarios relativamente leves de la vacuna pueden tener consecuencias graves. Para aquellos que tienen una vida muy corta de todos modos, el beneficio de la vacuna puede ser marginal o irrelevante", rezan las pautas actualizadas del NIPH.
"En los hogares de ancianos noruegos, alrededor de 400 personas mueren por semana. Todas las muertes que ocurren en relación con el proceso de vacunación se analizan cuidadosamente, y nada indica que la vacuna cause muertes", dijo Steinar Madsen, director médico de la NoMA.
"Los doctores deben ahora considerar cuidadosamente quién debe ser vacunado. Aquellos que están muy frágiles podrán ser vacunados después de una evaluación individual", añadió Madsen.
Más de 25,000 noruegos han sido vacunados contra el COVID-19 desde el 27 de diciembre de 2020.
