Amable lector, guarde esta columna y léala nuevamente entre abril y junio próximos. Aunque quien escribe esto espera equivocarse, se viene un grotesco uso electorero de la vacuna contra el COVID-19.
Sí, otra vez la maldita política.
Ese lastre, fomentado por intereses de los poderosos y por algunos colegas periodistas, que pone temas electorales por encima de la salud de los mexicanos.
De verdad, espero que llamados como el que responsablemente hizo el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, quien pidió a los políticos comportarse con sensatez y ética, sea escuchado fuertemente.
Pero todo indica que eso no será posible, pues en próximos días veremos que la vacuna COVID-19 será la bandera política por excelencia, todo con la finalidad de alabar al aparato gubernamental federal o golpearlo.
Sí, todo será con objetivos políticos. Usted, yo, el vecino y el paciente con COVID-19 no le importarán a la gran mayoría de los suspirantes a algún cargo de elección popular.
Todo ese lodo que se lanzarán en las campañas electorales tendrá al antígeno como arma principal. Incluso, no dude que algún inteligente candidato se vanaglorie comprando vacunas a cambio de votos.
De verdad, el candidato que se atreva a hacer algo por el estilo tendrá un lugar reservado en el infierno.
Mientras eso sucede, millones de mexicanos seguiremos viviendo con miedo al COVID-19, buscando no contagiar y no contagiarnos y tratando de sobrevivir a la crisis económica.
Ellos, los de la “clase” política, tendrán una herramienta más para lucrar con el dolor ajeno, “estrategia” bien aprendida por muchos que hoy se jactan de ser funcionarios comprometidos con la sociedad.
Tiempo al tiempo, ojalá me equivoque.
Una luz de esperanza
Así como hay noticias malas, también hay noticias buenas y de verdad da gusto enorme ver que muchos médicos y enfermeras valientes están recibiendo su vacuna.
Una alegría indescriptible se siente cuando esos amigos médicos dicen con lágrimas en los ojos que han recibido el antígeno.
A ellos mis respetos, siempre.
Barahona no dio el ancho en Turismo
Este miércoles salió Vanessa Barahona de la Secretaría de Turismo Estatal, situación que llama mucho la atención, pues solo estuvo 6 meses en este puesto, donde se esperaba una mejor labor de su parte.
Y es que todo indica que Vanessa Barahona no pudo con el paquete que implica una dependencia de importancia como Turismo, pues no es lo mismo ser un simple burócrata que un visionario en el tema.
No cabe duda de que para estar al frente de Turismo se necesita más, mucho más, que salir bien en las fotos y vestir ropa de marca.