Está por terminar el que es considerado el peor año de los últimos tiempos, todo “cortesía” de la pandemia de COVID-19 que ha provocado dolor, lágrimas y mucha preocupación en el mundo entero.
Sin embargo y pese a lo cruel que fue 2020, es justo señalar que este fatídico año también nos dejó algunas buenas noticias, muchas derivadas de la resiliencia mostrada por la humanidad y por el mismo planeta.
La naturaleza sin duda tuvo un gran respiro de la voracidad humana, pues gracias al confinamiento especies como tortugas marinas, demonios de Tasmania, ballenas azules y lobos grises, que estaban en la línea de la extinción, se han recuperado poco a poco.
Con el COVID-19 nos olvidamos de otras enfermedades que han causado también muertes, como es el VIH-SIDA; sin embargo, la buena noticia es que una vacuna contra este virus ya está en su fase final de pruebas, por lo que pronto habría una cura contra este mal.
De acuerdo con diversos investigadores, el mundo tiene en estos momentos una mayor capacidad para aprovechar la energía solar y eólica, algo muy necesario para que nuestro planeta recupere lo que el ser humano le ha arrebatado.
Por supuesto, no podemos dejar pasar que se logró producir una vacuna contra el COVID-19 en tiempo récord, gracias al esfuerzo de auténticos héroes impulsados por un milagro divino.
No todo fue malo en 2020, pues aunque este año se va con muchas lágrimas, también nos deja una gran enseñanza y la necesidad de ser mejores humanos, pues la vida y la naturaleza nos dijo a gritos que necesitamos recomponer el camino.
