Violencia contra sexoservidoras, un delito “normalizado”

Violencia contra sexoservidoras, un delito “normalizado”

Foto: Enfoque

Este 17 de diciembre se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la No Violencia contra los Trabajadores Sexuales, situación que es difícil de erradicar, sobre todo en países como México donde se ha “normalizado”.

 

El sexoservicio es una constante en nuestro país. Lo mismo se da en grandes ciudades como en pequeñas poblaciones y en todos estos lugares el común denominador es la violencia contra estas personas, que va desde discriminación hasta asesinatos.

 

En México no hay una ley que proteja a sexoservidoras de actos violentos. Integran un sector social que pareciera no merece ser parte de una comunidad, misma que muchas veces las ha orillado a ejercer este trabajo.

 

La violencia hacia sexoservidoras inicia desde el primer momento en el que deciden dedicarse a este oficio, pues en muchos lugares las obligan a contar con un proxeneta para poder conseguir clientes.

 

Los proxenetas, obviamente, manipulan a su antojo a la sexoservidora, obligándola a actos muchas veces denigrantes a los que deben acceder para que reciban el pago por los servicios que presta.

 

En las leyes mexicanas es letra muerta el castigo contra la trata de personas que termina en el sexoservicio, convirtiéndose en una especie de esclavitud moderna en la que están inmersas miles de mujeres mexicanas.

 

Cual mercancía, estas mujeres son exhibidas en casas de citas disfrazadas de otros negocios, donde deben soportar a clientes que muchas veces llegan alcoholizados y terminan agrediéndolas física y verbalmente.

 

La situación es alarmante, pues se estima que más del 80 % de los trabajadores sexuales son mujeres y el 50 % de estas inició en el mundo de la prostitución a los 16 años, algunas comenzando en “paraísos” del turismo sexual como Cancún y Acapulco.

 

Depresión económica, abuso sexual, falta de un hogar estable, adicciones, así como enfermedades mentales, emocionales y de transmisión sexual, son algunas de las situaciones que viven estas mujeres y también hombres en diversas ciudades del país.

 

Con la pandemia de COVID-19, el trabajo de estas personas se ha visto afectado y en consecuencia terminan soportando clientes violentos, además de que policías y otras autoridades ponen de su parte discriminándolas si se atreven a denunciar.

 

Por este motivo resulta importante que se comience a tomar en serio la situación que viven estas personas, muchas veces orilladas por la falta de oportunidades laborales y una familia disfuncional a tomar el camino de la prostitución.

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