Operación Barbarroja: el error de Hitler que acabó con la Alemania nazi

Operación Barbarroja: el error de Hitler que acabó con la Alemania nazi

La Operación Barbarroja, concebida por los estrategas de Adolfo Hitler como una guerra relámpago para someter a la Unión Soviética, entró en la historia como una de las mayores operaciones militares hasta ahora conocidas.

 

El dictador alemán aprobó el plan el 18 de diciembre de 1940, un año y tres meses después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, pese a tener un pacto de no agresión con la URSS.

 

En ese entonces, Alemania controlaba militarmente casi toda Europa: Bélgica, Dinamarca, Grecia, Países Bajos, Noruega y otros. Francia, con uno de los ejércitos más fuertes, había caído. Reino Unido resistía. Hitler creía que con una rápida derrota de la Unión Soviética, los ingleses perderían la última esperanza y entonces la Alemania nazi se apoderaría de Europa y los Balcanes.

 

La madrugada del 22 de junio de 1941 las hordas alemanas invadían la URSS sin declararle la guerra. Para los soviéticos comenzaba lo que se conoce como la Gran Guerra Patria.

 

La operación

 

Los nazis atacaron simultáneamente por tres frentes. Sus objetivos eran tomar Kiev, en el sur; Leningrado, hoy San Petersburgo, en el norte; y Moscú, en el centro.

 

Desde la ciudad polaca de Lublin salieron tres ejércitos y una división de tanques al mando del general Gerd von Rundstedt, quien al final de la Segunda Guerra Mundial fue capturado por los estadounidenses y entregado a los británicos. Finalmente lo liberaron en 1948.

 

Los grupos del Ejército del Norte, que partieron de Prusia Oriental, tuvieron al frente al general Wilhelm von Leeb y contaron con el apoyo de las tropas de Finlandia. Von Leeb también fue arrestado al final de la guerra por los estadounidenses, pero, tras un proceso, salió en libertad en 1948.

 

Hitler designó al general Fedor von Bock para tomar Moscú, el corazón de la Unión Soviética, con dos ejércitos y dos divisiones de tanques. Von Bock murió al final de la guerra en un ataque de la aviación británica en Alemania.

 

En total el mando nazi movilizó cuatro millones de soldados, 3,500 tanques y 3,000 aviones de combate. Fue el mayor despliegue conocido jamás en la historia. La operación relámpago buscaba romper la principal línea de defensa del Ejército Rojo con avances rápidos y cercar a sus fuerzas en embolsamientos y aniquilarlas.

 

Desenlace

 

Desde los primeros días de la invasión sorpresa, las tropas nazis consiguieron superioridad numérica e iniciativa estratégica. Si bien la invasión tomó por sorpresa a las fuerzas soviéticas, los generales de Hitler pasaron por alto un detalle crucial que finalmente prolongó varios años la guerra: el crudo invierno en Rusia y el estoicismo del pueblo soviético.

 

Napoleón tampoco había considerado estos factores en sus campañas contra esta tierra eslava allá por el año 1812, lo que finalmente acabó con su sueño de dominar Europa.

 

La Operación Barbarroja nunca logró sus objetivos. Los nazis no derrotaron a las principales fuerzas del Ejército Rojo en los combates en la frontera, tampoco cayeron Leningrado ni Moscú.

 

En diciembre de 1941 los militares soviéticos lanzaron una contraofensiva. El plan de la guerra relámpago de Hitler había fallado.

 

Los estrategas alemanes erraron al valorar el potencial militar de la Unión Soviética y la capacidad del Ejército Rojo. El pueblo soviético, con sus muestras de heroísmo y sus hazañas, hizo fracasar los planes de Hitler, en una guerra en la cual ofrendaron millones de vidas por la libertad de Europa.

 

Alemania capituló en mayo de 1945, lo que puso fin a la guerra en el continente europeo. (Sputnik)

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