Fiestas de fin de año: ¿cómo se celebraron en la pandemia de 1918?

Fiestas de fin de año: ¿cómo se celebraron en la pandemia de 1918?

Foto: Pixabay

La historia se repite, o al menos en parte. Mientras organizamos nuestras fiestas de fin de año en medio de la pandemia de COVID-19, quizá sea prudente conocer cómo se celebraron las mismas fechas 100 años atrás, cuando otra pandemia azotó el planeta, la de gripe española. 

 

En 1918, a finales de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), una nueva especie de gripe se expandió hasta alcanzar el carácter de pandemia. El peligro inminente que, se estima, mató a unas 50 millones de personas alrededor del mundo, preocupaba del mismo modo que hoy a las autoridades y especialistas. 

 

A fin de año, cuando se acercaba la celebración de Navidad y Año Nuevo, sin embargo, la preocupación era otra, también compartida por las personas del mundo de hoy: ¿cómo se celebrarían las fiestas sin exponerse a contagiarse de la temida enfermedad? 

 

El 21 de diciembre de 1918, el periódico Ohio State Journal de EEUU, país donde tuvo origen la nueva gripe, advertía en una publicación que las fiestas de ese año debían ser "sin besos" ni reuniones sociales.  

 

Desde el comisionado de la salud se advertía: "este año demostrará mejor su amor por papá y mamá, hermano, hermana y el resto de ellos si se queda en su propia casa en lugar de hacer visitas navideñas anuales, celebrar reuniones familiares y fiestas en general". 

 

Quizá de forma menos extrema y un poco más permitía se pronunció semanas atrás la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de la ONU, cuando hizo sus recomendaciones sobre cómo celebrar las fiestas de fin de año durante la pandemia de COVID-19.  

 

Y es que en fechas tan próximas y tan esperadas durante todo el año —hace un siglo u hoy mismo—, las ganas de reunirse y compartir con familia y amigos desafían cualquier peligro pandémico. Pero, ¿cómo se celebró ese año las fiestas? 

 

¿Hubo fiestas de fin de año en la pandemia de gripe española? 

 

A diferencia de la pandemia de COVID-19 en este diciembre de 2020, en el de 1918 la Gripe Española ya había alcanzado su punto máximo, y aunque persistía, lo peor había terminado, explica Kenneth C. Davis, autora de "More Deadly than War" (Más letal que la Guerra en español), una historia sobre la pandemia de Gripe Española durante la Primera Guerra Mundial a la revista Smithsonian.  

 

En medio del desconcierto y la preocupación por la pandemia y las fiestas, cada estado y municipio tomaba sus propias determinaciones respecto a cómo manejarse frente a la gripe. Meses antes, en San Francisco, por ejemplo, se implementó el uso de mascarillas y medidas como el distanciamiento social, y hasta cerró la ciudad para evitar la propagación del virus.  

 

La medida disminuyó el número de casos, lo que permitió que para la Navidad las medidas fueran anuladas, pero esto provocó un creciente aumento de enfermos. "San Francisco quiso instituir la regla de las máscaras nuevamente, pero la gente se resistió", contó Davis.  

 

Al igual que hoy, surgieron ciertos movimientos anti mascarillas, que sostenían que sus derechos individuales estaban siendo violados por las disposiciones de las autoridades.  

 

Aunque se desconoce con precisión si fueron las reuniones navideñas o las aglomeraciones por compras de regalos, lo que es cierto es que el número de casos de gripe en San Francisco se disparó a principios de enero de 1919.  

Si bien es difícil determinar si las reuniones navideñas o las compras contribuyeron, el número de casos de influenza volvió a aumentar en San Francisco a principios de enero.  

 

Según el historiador de Michigan y autor de Financing the American Dream: A Cultural History of Consumer Credit (Financiando el Sueño Americano: una historia cultural del crédito al consumidor en español) Lendol Calder, el debate de las máscaras no es lo único que hace de ambas pandemias una situación muy parecida.  

 

Mencionó, por ejemplo, los problemas que supuso el cierre de las instituciones religiosas durante esas fiestas en ciertos lugares. "Tener iglesias cerradas durante la temporada de Adviento y Navidad fue enorme. Esas eran las redes sociales de la gente, para ir a la iglesia", explicó a Smithsonian.  

 

La situación económica para los vendedores durante las fiestas, al igual que ahora, preocupaba también en ese entonces. "Presionaron mucho en noviembre y diciembre con publicidad para que la gente viniera a comprar", cuenta Calder. Muchos minoristas se encargaban, incluso, de llevar a domicilio sus ventas para que la gente no tuviera que arriesgarse a salir de su casa, algo así como el recurso de las compras online de hoy. 

 

Una diferencia entre ambas pandemias, según Howard Markel, director del Centro de Historia de la Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan, fue que la de 1918 no se politizó del modo en el que se politiza la de COVID-19 hoy.  

 

Además, relata que, a falta de directrices concretas por parte de los Gobiernos locales, las personas se comportaban de forma prudente en torno a las celebraciones. "Cuando lees los diarios de las personas, obviamente se sienten fatigados pero también mesurados. No encuentras a la gente asustada por esto. Lamentan la pérdida de las formas tradicionales de celebrar las fiestas, quieren ver a sus familiares y se preguntan si pueden o no", subraya.  

 

Una de las ventajas que se tenía en ese entonces, según él, es que en general las familias vivían juntas o cerca las unas de las otras, por lo que el momento del encuentro que suponía Navidad y Año Nuevo no era tan esencial como sí puede serlo en el siglo XXI, donde a menudo se trata de la única fecha en que las familias se reúnen.  

 

Aunque "va en contra de todo lo que amamos hacer", Markel sugiere ser igual de mesurados durante estas fiestas. Eventualmente, la igual que la de 1918, la pandemia de COVID-19 también terminará. 

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