Tan sólo el 47 por ciento de los estadounidenses planea vacunarse contra el COVID-19 cuando la vacuna esté disponible, el 26 por ciento no planea vacunarse y el 27 por ciento está indeciso, indicó la más reciente encuesta levantada por Associated Press-Centro para Asuntos Públicos NORC de la Universidad de Chicago.
La mayoría de quienes no planean vacunarse o que no están seguros por el momento están preocupados por los efectos secundarios y por la forma en la que fue desarrollada y aprobada la vacuna. El 75 por ciento de quienes no planean vacunarse dijo que su decisión está tomada y el 25 por ciento dijo que es probable que decidan algo diferente en el futuro.
La mayoría de los estadounidenses ha dado seguimiento a las noticias sobre posibles vacunas. El 68 por ciento ha escuchado o leído algo sobre el proceso de desarrollo y aprobación. Los trabajadores médicos son la fuente de información más confiable sobre las vacunas, seguidos del doctor Anthony Fauci y de las agencias federales de salud. Muchas más personas desconfían de los personajes políticos, compañías farmacéuticas y los medios cuando se trata de información sobre las vacunas.
Pocos estadounidenses confían mucho o muchísimo en que las primeras vacunas disponibles fueron apropiadamente probadas en cuanto a seguridad y eficacia y en que van a ser distribuidas rápidamente, de forma segura y equitativa. Quienes están dispuestos a ser vacunados y quienes han estado siguiendo las noticias sobre el proceso de desarrollo y aprobación tienen más confianza, al igual que los estadounidenses con mayor escolaridad y los más viejos.
Quienes están preocupados por la posibilidad de que ellos o alguien en su casa se contagien de coronavirus, han escuchado o leído sobre el desarrollo de las vacunas, y los estadounidenses más viejos tienen más probabilidades de afirmar que se vacunarán contra el coronavirus cuando estén disponibles las vacunas. Los afroestadounidenses son el grupo racial o étnico que menos planea vacunarse.
El 57 por ciento de quienes serán vacunados planean esperar hasta que otros se vacunen para asegurarse de que la vacuna sea segura, mientras que el 42 por ciento se vacunará en cuanto sea posible.
Más del 80 por ciento del público cree que los trabajadores médicos, los trabajadores y residentes de los asilos y las personas con enfermedades crónicas deben tener prioridad cuando la vacuna esté disponible. Pocos dijeron que los funcionarios, los atletas o las personas como ellos deberían tener prioridad. El público también apoya fuertemente que se otorgue mayor prioridad a comunidades con poblaciones gravemente afectadas o en las que sea probable que el virus se propague rápidamente.
La encuesta nacional se llevó a cabo del 3 al 7 de diciembre.