Dicen los que saben que cuando alguien está en su mejor momento en la política le sobran los amigos. El respaldo siempre está presente, todos lo reciben, a todos les agrada su presencia.
Cuando los políticos caen del pedestal son poco menos que “apestados”. Seres que vagan por el mundo con la sombra del rechazo a cuestas.
Así está en estos momentos el priista Juan Carlos Lastiri Quiroz, quien parece que está en la antesala de un proceso penal en su contra, luego de que Rosario N ha decidido hundir a todos lo que estuvieron con ella en la Estafa Maestra.
Tal es el rechazo que se tiene de Lastiri que, me cuentan, Alejandro Moreno ni siquiera le contesta las llamadas. Antes, el ahora líder nacional del PRI no perdía el tiempo y saludaba de mano al político poblano.
A ese paso, pronto las puertas del PRI poblano se le cerrarán a Juan Carlos Lastiri, quien no tendrá más remedio que comenzar a arrinconarse hasta que el brazo de la justicia lo alcance.
Solo con su soledad está Lastiri y le apuesto lo que quiera, amable lector, que nadie, absolutamente nadie en el PRI le tenderá una mano.
Y no es que merezca el apoyo, obviamente no. Sin embargo, el caso de Juan Carlos Lastiri debe ser ejemplo para que esos políticos novatos vean lo que les espera si abusan del poder.
Lastiri en estos momentos incluso está más desprestigiado que Mario Marín, pues mientras al llamado “góber precioso” le sonríe la suerte con amparos, al exsuspirante al Senado parece que la fortuna lo ha abandonado.
Solo le queda a Juan Carlos Lastiri esperar un destino que parece tendrá como fin una dura visita a las autoridades, pues dicen que con tal de salvarse, Rosario N está dispuesta a hundir a quien sea, comenzando por el político poblano.