Dicen que quien quiera conocer el rostro de una Nación tiene que ver primero la estructura de su presupuesto público. Y no están equivocados. En él se retrata el presente y el futuro de lo que sus legisladores quieren que sea. No hay mejor carta de presentación. Casi siempre los presupuestos son distintos de las leyes fundamentales. Las antípodas.
Las leyes conservadoras del neoliberalismo fortalecieron la concentración de la propiedad en pocas manos, sacrificaron el ahorro colectivo, propiciaron la masacre de ciudadanos pacíficos y establecieron la inequidad sistemática entre el campo y la ciudad. Relegaron al Estado a un papel insignificante.
No sólo eso. También se burlaron de la dignidad nacional, pasaron por encima del interés público, violaron la legislación vigente en el momento de los atropellos y se resistieron a ser juzgados argumentando una ridícula prescripción en las conductas y en sus delitos. Cayeron en la ley de la selva, despreciaron el derecho político moderno.
Decepción generalizada sobre la Cuarta Transformación
Sin embargo, el espíritu mismo del neoliberalismo feudal se retrata en el presupuesto de egresos que acaba de aprobar la Cámara de Diputados: inercial, según ellos mismos lo han presumido, acomodaticio, y alta y peligrosamente vengativo, producto de una claque de resentidos sociales.
Para producir esos bodrios, no hace falta tener siempre la mayoría parlamentaria. Cualquier fracción lo puede proponer. De nada sirven las mayorías cagatintas de leyes que avergüenzan, productoras de normas que engrosaran los archivos, lo mismo que de textos en blanco y negro que no corresponden a la realidad de este país.
Así sólo se va al revoltijo, al chile huevillo del caprichato, a sentar las bases permanentes del autoritarismo cómplice. Y luego se quejan de que el producto nacional bruto ande en veinte menos cero, de que no funcione el aparato productivo, que los niveles de aceptación ciudadana estén en los deciles más bajos. De que haya una decepción generalizada sobre la Cuarta Transformación.
Una izquierda que rebasa al neoliberalismo por la derecha
El presupuesto de egresos raya los límites de la impericia, está en el fondo de la vorágine de ingobernabilidad, preside el país sin esperanza. Pero la mayoría en la Cámara no cabe de contenta. Ni se imaginan lo que hicieron. Pasaron a mejor vida lo sustancial del sistema. Los mandatos esenciales, y privilegiaron lo insulso.
¿Cuáles? Los importantes y necesarios: el empleo, la justicia, las medicinas, los alimentos oportunos y suficientes, la seguridad, los programas de obras públicas a población abierta, las elecciones limpias, tranquilas y copiosas, la educación digital tan necesaria en tiempos de pandemia, el concepto del estado social y democrático de Derecho.
Con este presupuesto, no sólo dejó de empollarse el huevo amenazante. Corrió la misma suerte de fracaso que todas las promesas de campaña, y hasta la razón de ser de las oposiciones y de los gobiernos de izquierda. ¿Para qué queremos una izquierda que rebasa al neoliberalismo por la derecha?
La Cuarta Transformación le pinta su cadáver al interés público
¿Para qué quiere Morena refrendar la mayoría en las elecciones intermedias de 2021? ¿Para qué el faraónico gasto en las movilizaciones clientelares y en la compra de votos anticipada? ¿Para qué, si han sido derruidas las bases de lo que los fundadores de esta Nación definieron como un sistema de vida basado en el constante mejoramiento social, económico y cultural del pueblo?
¿Para qué, si se han destrozado los principios esenciales del respeto a las garantías individuales y sociales, en aras de los caprichos de un solo individuo, cuyas luces dejan mucho, demasiado qué desear?
Al privilegiar lo insulso de las energías no renovables, el combustóleo y el carbón, al orientar los gruesos flujos al barril sin fondo de Pemex, al privilegiar las obras faraónicas que están muertas desde antes de iniciarse, al recortar cientos de miles de millones de pesos a los estados y municipios, todos, la Cuarta Transformación le pinta su cadáver al interés público.
Al no dejar un margen para la compra de vacunas contra la pandemia y contra todos los males infantiles casi endémicos, al resistirse a renovar la red hospitalaria del sector público, al no dejar margen para inyectar recursos al aparato productivo de la empresa privada, el régimen se está suicidando, auténticamente.
Siguen cavando la tumba del populismo derrotista de la 4T
Por un principio elemental de sobrevivencia, el régimen debería reflexionar seriamente y ponerse en manos de gente que sepa elaborar un presupuesto equilibrado, que rebase las características que presumen de lo inercial y de lo repetitivo. Un régimen transformador debe ser audaz y diligente, estar en consonancia con los nuevos tiempos demócratas en Estados Unidos que nos tocará torear. Ponerse a la hora del mundo.
Ahondar el desempleo, la insuficiencia del sistema, el crimen masivo y la ausencia de participación popular en la toma de decisiones colectivas seguirá cavando la tumba de un populismo derrotista de derecha que profundiza su acción con consignas y postulados divorciados de la realidad, de la terca realidad.
Con razón decía Antonio Gramsci, uno de los más grandes teóricos de la historia moderna, que "el optimismo es un asunto de la voluntad; el pesimismo lo es de la inteligencia". Y sí, el límite entre lo que se puede y lo que sólo se debe, es la terca realidad a que se refería el ideólogo italiano, encarcelado por los fascistas de Mussolini.
Presupuesto 2021: privilegia lo insulso sobre la sobrevivencia
Debe recordarse que, por encima del interés público que se viola todos los días, no puede haber nada y nada se puede hacer contra él. Los delitos e ilícitos que atentan contra la seguridad, la vida y el patrimonio colectivo no prescriben jamás, es una de las bases imprescindibles de las concepciones jurídicas modernas.
Para el derecho político que ambicionaron los fundadores de esta Nación, los fines de la norma jurídica y del presupuesto no pueden abandonarse en el toma y daca del mercado de valores de los privilegiados. La hora del derecho político suena cuando los cauces normativos han sido rebasados por los ambiciosos y los mendaces.
No puede haber un estado serio que permita un presupuesto que privilegie lo insulso sobre las condiciones de supervivencia. Todo fundamento jurídico supone que los titulares del poder estén constantemente dispuestos a defender sus bases esenciales, sus principios fundadores.
La mayoría parlamentaria de Morena sólo sirve para vergüenzas
Si iban a escoger el derrotero neoliberalista, ¿para qué tanto brinco?
Igual hubieran aceptado que no sabían gobernar, y se les hubiera rodeado de gentes capacitadas.
Pero, presumir de lo que no se tiene, y en función de ello, destruir y polarizar, eso es lo que no se vale.
Y ya pueden ir cantando de nuevo su mayoría parlamentaria, al cabo ya se supo que no sirve sino para avergonzarlos más.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: El Presupuesto de Egresos para 2021, aprobado por el Congreso de la Unión, tendrá dos pendientes, el de dar mayores recursos para atender la emergencia sanitaria, así como un reducido gasto para impulsar la reactivación económica. Los diputados acordaron un presupuesto de 6 billones 295 millones 700 mil pesos para 2021, con reasignaciones en diversos rubros… La pregunta, empero, es ¿de dónde obtendrán esos recursos si la economía de las personas ya no da para más.