Enseñanza en tiempos de pandemia, un martirio para maestros

Enseñanza en tiempos de pandemia, un martirio para maestros

Las clases a distancia por la pandemia de COVID-19 se han convertido en un dolor de cabeza para padres de familia y algunos alumnos, además de ser un auténtico martirio para los profesores debido al método de enseñanza solicitado por la Secretaría de Educación Pública (SEP).

 

Veladamente, la SEP ha solicitado a los maestros no reprobar a ninguno de sus alumnos, concentrándose en mayor medida al proceso de aprendizaje de los estudiantes, algo que no es del todo malo e incluso es una técnica recomendada.

 

El problema radica en que los profesores no están familiarizados con este método que pretende imponer la SEP y que los pone en aprietos, ya que la dificultad de observar el desarrollo de los alumnos es mucho mayor en las clases a distancia.

 

En un documento enviado a los maestros poblanos por parte de la SEP Estatal, se pueden leer las recomendaciones emitidas a nivel federal, destacando la solicitud de evitar las evaluaciones basadas únicamente en el cumplimiento de actividades o trabajos presentados.

 

De la misma manera, pide una retroalimentación asertiva y respetuosa con alumnos y padres de familia para identificar áreas de oportunidad en la educación de los estudiantes mexicanos.

 

Sin embargo, en la práctica esta solicitud de la SEP Federal pone en jaque a los profesores, pues durante el tiempo que ha durado la educación a distancia por la pandemia se han visto infinidad de problemas en el proceso de enseñanza.

 

Los profesores por principio de cuentas están batallando con alumnos apáticos, que muchas veces no siguen las indicaciones de los maestros y en las clases en línea brillan por su ausencia sin que los padres hagan algo para evitarlo.

 

Precisamente muchos padres de familia son también un problema para los maestros, pues -al igual que sus hijos- han mostrado total apatía por el proceso de enseñanza, desentendiéndose casi totalmente de la educación de sus hijos.

 

Eso no es lo único, con las clases a distancia ha aumentado considerablemente la carga de trabajo de los profesores, que deben llevar a cabo mayor número de planeaciones didácticas, además de revisar los trabajos y evidencias presentadas por sus alumnos.

 

De igual manera, el número de estudiantes a cargo de cada maestro va en aumento, pues pese a que muchos de estos alumnos brillen por su ausencia en las clases a distancia, el profesor debe llevar a cabo una evaluación, buscando vías casi imposibles para no reprobar a estos estudiantes.

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