Durante los primeros meses de la pandemia de COVID-19, todo aquel personaje público de la política mexicana que resultaba contagiado se aislaba y permanecía en cuarentena durante dos semanas sin armar polémica, algo que parece ha quedado de lado en estos momentos.
Y es que el tema de los contagios de coronavirus entre la clase política se ha convertido en un auténtico relajo, quitándole seriedad a una contingencia sanitaria que ha dejado consecuencias fatales entre la sociedad mexicana.