Un lugar común es “los astros se han alineado”, pero no hay mejor ejemplo para esta frase que lo sucedido en los últimos 15 días a nivel nacional y local entre los actores del partido en el poder: el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Gabriel Biestro es el principal beneficiario de los sucesos de las últimas semanas, pues la inminente llegada de Mario Delgado a la presidencia de Morena le abre la puerta para ser el candidato a la alcaldía de la ciudad de Puebla.
Pero si bien las circunstancias le favorecen al presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado para alcanzar la candidatura, el tiempo para la elección constitucional es ahora sumamente reducido.
No solo se acerca el fin de año, en poco más de dos meses, sino que además las campañas del próximo año tendrán apenas un mes de duración. Empero, hasta ahora, es él quien será el candidato futuro de acuerdo con los vaivenes nacionales de Morena.
Gabriel Biestro se ha convertido en uno de los operadores políticos locales que tienen intervención e impacto en las acciones nacionales. Como ejemplo, basta ver el caso de Porfirio Muñoz Ledo y su búsqueda por la dirigencia de su partido.
El diputado local mandó un mensaje claro de ataque a la postura que tiene el diputado federal y que ha golpeado la imagen de Morena: la de considerarse ganador de una encuesta -en realidad empate técnico- organizada por el INE.
Nueve diputados poblanos se sumaron a la lista de los 426 senadores y legisladores para exigir al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Morena evitar que Muñoz Ledo tome protesta como dirigente nacional. Entre ellos destaca el presidente del Congreso local, Gabriel Biestro Medinilla.
En un texto dirigido a los presidentes interino y del Consejo Nacional, Alfonso Ramírez Cuéllar y Bertha Luján Uranga, los legisladores exigieron “no prestarse a ese acto ilegal de permitir la llegada de Muñoz Ledo a las instalaciones del partido”.
Morena pasa por un proceso de balcanización. Gabriel, junto con el gobernador, se han decantado por el apoyo irrestricto a Mario Delgado. Pero la propia polarización del proceso causó que el espaldarazo hacia Mario Delgado también se traduzca en un respaldo al proyecto político del presidente López Obrador.
Es decir, la polarización llevó a los más radicales de Morena, los llamados “Puros”, a confrontar con el propio Andrés Manuel a cambio de conservar el partido. Del otro lado, “Los Moderados”, han respaldado a Delgado, que es la apuesta del presidente para heredar a Marcelo Ebrard la presidencia.
En efecto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha establecido no solo que quiere a Mario Delgado como dirigente de Morena, sino que además sus acciones y movimientos políticos indican que Marcelo Ebrard será el candidato a la Presidencia de la República en 2024, y la prueba más contundente está en la aprobación del partido Fuerza Social por México, que es del líder sindical Pedro Haces, aliado de Ebrard.