El principal pecado no es la libertad de decidir sobre el consumo de sustancias, sino la crisis grave de los partidos políticos. Por años, la política ha sido atacada por estar vinculada con la corrupción, cuando su principal elemento es el poder. El poder para decidir qué es mejor para el desarrollo social.
A los partidos han llegado artistas, deportistas, figuras populares y ahora influencers. ¿Pero la responsabilidad de eso es de los partidos? ¿O es de la sociedad que hastiada de los hombres de corbata y traje prefiere ahora mirar a esas figuras afamadas? Descúbrelo en A GOLPES DE RAZÓN SEMANAL: