“Jugar sin hinchada es como bailar sin música”, así definía el gran poeta Eduardo Galeano la grosería que significa el no contar con afición en las gradas durante un partido de futbol, más si este encuentro corresponde a una gran final.
El día temido llegó. Paris Saint-Germain y Bayern Múnich disputarán en Portugal la Gran Final de Champions League este domingo, partido que todo el mundo podrá disfrutar, pero desde casa, pues las puertas del Estadio de La Luz estarán cerradas.
El COVID-19 cambió la realidad de la presente edición de Champions League. En menos de dos semanas se jugaron octavos, cuartos y semifinales del torneo, para dar paso a una final sui-géneris en todos los aspectos.
El estadio que vio al Real Madrid alzar la décima orejona en 2014 no podrá vibrar con este duelo que promete ser inolvidable, pues representa la primera cita del PSG en una final europea, ante uno de los grandes ganadores de este certamen.
No es la primera vez que un duelo que llama la atención se juega a puerta cerrada, podemos recordar lo sucedido en 1987, cuando el Nápoles de Diego Armando Maradona enfrentó a Real Madrid en esta competencia europea.
Un castigo hacia el conjunto blanco provocó que este duelo se jugara a puerta cerrada y la afición no disfrutara de la mejor versión de Maradona enfrentando al histórico Real Madrid.
En completo silencio y con la esperanza de que este terrible escenario no se presente nuevamente, los aficionados al futbol tratarán de disfrutar de uno de los duelos más esperados del año.
