El Partido Acción Nacional enfrenta una carnicería interna de grandes proporciones. A nivel nacional, el dirigente Marko Cortés ha aprovechado el #Lozoyagate para desplazar a sus rivales internos Francisco Domínguez y Ricardo Anaya. Este último también está en una confrontación directa contra el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, pues de acuerdo con el periodista especializado en la ultraderecha mexicana, Álvaro Delgado, Anaya intentó confabular con Santiago Nieto para iniciar una demanda penal contra el michoacano.
Pero en el PAN poblano las tensiones persisten. El grupo de Eduardo Rivera Pérez, que aglutina a conservadores y moderados, está confrontado con la líder estatal de este instituto, Genoveva Huerta, quien tiene como ruta empujar a Oswaldo Jiménez como candidato a la presidencia municipal o, si la posibilidad le favorece, incluso colocarse como candidata. Los panistas vinculados con el Yunque y los moderados herederos del morenovallismo le acusan por su relación y obediencia a Fernando Manzanilla, a pesar de que el exsecretario de Gobernación está vetado por Anaya.
La guerra interna que vive Acción Nacional ocurre en su peor momento. Una encuesta de Massive Caller ubica en 24.28 % las preferencias nacionales a este partido, mientras que el Movimiento de Regeneración Nacional mantiene una simpatía de 40.02 %. No obstante, los líderes del instituto político albiazul mantienen sus distintas confrontaciones.
El PAN se está “balcanizando”, término relativo a la Guerra de los Balcanes que tiene que ver con el fraccionamiento de las tropas. En el caso del PAN, los grupos estatales y nacionales mantienen una confrontación que se verá agravada en las próximas semanas por la evidente aparición de videos y señalamientos sobre presuntos actos de corrupción.
Por ejemplo, el excandidato panista Ricardo Anaya pretende anular el crecimiento de México Libre al proceder contra Calderón Hinojosa vía Santiago Nieto, titular de la UIF. Ambos queretanos y unidos por un lazo familiar -la hermana de Anaya fue a la escuela con Nieto-, preparan la intervención contra el exmandatario federal, según Álvaro Delgado.
“Anaya, quien ya volvió de Nueva York para preparar su reincorporación política como candidato del PAN a diputado federal y articular a la oposición, se acercó al titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, para ofrecerle asesoría sobre cómo Calderón maquinó entregarle a Braskem, filial de Odebrecht en México, y a la mexicana Idesa un contrato millonario a 35 años, que en sólo tres ha arrojado pérdidas para Pemex de casi 3 mil millones de pesos sólo en penalizaciones”, escribió en su columna.
En Puebla, la guerra interna es cada día más dura. Por un lado, pueden contarse a Eduardo Rivera, Ana Teresa Aranda, Jesús Zaldívar, Mario Riestra, Jorge Aguilar, Mónica Rodríguez; por el otro, a Genoveva Huerta, Eduardo Alcántara y Oswaldo Jiménez, este último vinculado con el exgobernador Antonio Gali Fayad quien aún es mencionado como posible candidato a alcalde por Movimiento Ciudadano, aunque Marko Cortés ha confirmado que el otrora gobernador será candidato a diputado federal.
En cualquier caso, la confrontación es evidente y tiene detrás a actores que también están en permanente conflicto político. Por ejemplo, Eduardo Rivera tiene una alianza sempiterna con Francisco Domínguez, tanto por la relación de la Organización del Yunque como por la carrera interna que hace un año ocurrió por la dirigencia nacional del PAN. Domínguez está confrontado con Marko Cortés y este último no ha entrenado a Rivera como el próximo candidato a la alcaldía justo por la rivalidad con su protector.
Oswaldo Jiménez sigue siendo impulsado como el rival de Eduardo Rivera por parte de Genoveva Huerta, pero la panista también busca colocarse como candidata a la alcaldía o, incluso, empujar a la exaspirante a la alcaldía Paola Migoya en esa posición. La desconfianza a Huerta Villegas nace de su vínculo con Fernando Manzanilla, personaje vetado por Cortés.
La oposición al Gobierno Federal y Estatal mantiene una división que parece no tener solución. Los ataques internos se ven revelados en columnas, declaraciones y cargos. Esta batalla oculta que va minando lentamente al Partido Acción Nacional se mantiene debido a la creencia de que en 2021 la elección ya está en la bolsa del albiazul y la pelea es ahora por la presidencia y diputaciones, como si éstas ya les hubieran sido otorgadas.