El Caballero de la Noche, la cinta que retrató a México en Gótica

El Caballero de la Noche, la cinta que retrató a México en Gótica

Un camión de volteo, abordado por hombres disfrazados de trabajadores, bloquea el convoy de los policías, para desviarles y después atacarles con rifles de alto poder. La escena no corresponde al penoso atentado que sufrió el secretario de Seguridad en la Ciudad de México, Omar García Harfuch, sino a la secuencia en la que Harvey Dent, Fiscal de Distrito en Gótica, es llevado a juicio por asumirse como el vigilante Batman.

 

México está en la peor crisis de inseguridad desde la década de los veintes. Ni con el presidente Felipe Calderón -o Peña Nieto- se había vivido una espiral de asesinatos tan grande. En 18 meses de gobierno, ya suman más de 53,000 asesinatos y de estos 60 % está vinculado con el crimen organizado. El narcotráfico, el huachicol y otras actividades ilícitas crecen a causa de la enorme corrupción que persiste en el país, pese a las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a que “ya no hay corrupción en México”.

 

El Caballero de la Noche es una de las mejores cintas del cine negro y de la historia de la cinematografía a causa del lenguaje detrás de las impresionantes e hiperrealistas secuencias de acción: la corrupción de un sistema que permite infiltrar a criminales cada vez más enfermos parece un espejo de la situación que padece México.

 

 

Cuando vi por primera vez esta película de inmediato pensé: “esto es México, esto es mi país”. Corrupción en las más altas esferas del poder, criminales en alianza con los policías, dementes divirtiéndose en una orgía de violencia y sangre. Tristemente, la única fantasía es Batman, un hombre con el poder económico y físico suficiente para hacerles frente. Obviamente en nuestro país ese personaje no existe, pero sí hay cientos tal vez miles de criminales similares a los que retrata la cinta.

 

Para que el secretario de seguridad de la capital fuera atacado, debió haber una cadena de corrupción, una infiltración que revelara parte de su agenda y de su comportamiento social. En El Caballero de la Noche, el Comisionado Loewe y la Juez Surillo son asesinados por los secuaces del Joker a causa de que logran infiltrar todo el sistema judicial.

 

Si queremos más paralelismos entre México y Gótica basta con señalar la forma en que es corrompido Harvey Dent. De ser un fiscal de distrito honorable y con deseos de lucha contra la inseguridad, Dent se convierte en un homicida que no tiene ninguna preocupación en matar a un niño de 10 años. El trauma que le inflige el Joker al funcionario es de tal magnitud que lo traumatiza y lo convierte en villano. ¿Qué le hizo? Mató al amor de su vida.

 

Y en México, apenas hace unos días, criminales desalmados mataron a un juez y a su esposa como parte de un ajuste de cuentas. No es el primer caso. Los ajustes de cuentas en México han ocurrido desde el crecimiento del crimen organizado, al final de la década de los ochentas. ¿Qué tan traumatizado puede quedar un hombre tras la infamia de la muerte de su familia? Habría que revisar la historia del narcotraficante Enrique Rafael Clavel Moreno, a quien también le mataron a su pareja de manera violenta. Su exsocio, Héctor “el Güero Palma”, degolló a su pareja y el venezolano le respondió matando a su esposa e hijos. Si Dent no hubiera sido detenido por Batman, habría cometido el mismo crimen que el narcotraficante en la vida real.

 

El Caballero de la Noche es una película excelente porque no es una cinta de superhéroes, es una película más cercana al género del “Cine Negro”. Los crímenes, las balaceras, las intrigas, la corrupción y la violencia en la película son un espejo en el que México se refleja de manera triste y desesperante. Ver Batman con el ojo de la crítica a nuestra sociedad es una excelente opción para este fin de semana y así construir un inteligente rechazo a nuestra realidad.

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