En España, los debates entre Mariano Rajoy y Pablo Iglesias son dignos de ver casi como si fueran un maratón de Netflix.
El intercambio de argumentos es tan elevado como apasionado.
La política mexicana tiene mucho que aprender de la polémica pública española.
Mientras en la península ibérica discuten sobre el apoyo económico a bancos en la crisis española, Genoveva Huerta, la dirigente del PAN estatal, recurre al peor tipo de argumentos.
En una evidente manipulación acometida por Fernando Manzanilla, este fin de semana trató de darse vida a un nuevo rumor: la caída de salud del gobernador Miguel Barbosa.
La especie no es nueva. Ya antes, Fernando Manzanilla, de la mano de Rodrigo Abdala, conspiraron en el Fraccionamiento el Cristo para acusar que el entonces aspirante a gobernador sería bajado de la candidatura debido a sus condiciones de salud.
Y, obviamente, el rumor no prosperó.
Hoy, con una nueva aliada-subordinada en su equipo, Manzanilla Prieto ha reactivado el rumor por vía del PAN estatal.
Genoveva Huerta no ha valorado que este tipo de ataques lejos de fortalecer a la oposición la destruye.
El partido humanista, el del respeto a la dignidad de la persona humana, celebra la recaída de diabetes de un ser humano, de un alma ocupando sus propias palabras, solo para apostar a su debilitamiento de poder.
Vaya mezquindad, ¿y la dignidad de la persona?
Claro, todo se trata del poder.
Y de la intención de recuperarlo en el caso de Manzanilla.
Y de la ignorancia acerca de decisiones por parte de la dirigente estatal panista.
Bien haría en mirar un par de horas los debates españoles la líder panista.
Le ayudaría en elegir mejores formas de atacar políticamente. De mayor altura, pues.
Pero mientras Manzanilla recicle sus ataques, ayer de la mano con Abdala, hoy de la mano con Genoveva, lo único que tendremos es la versión remasterizada del “zopilote mojado”.
Qué lejos está el debate de los apasionados encuentros de Iglesias y Rajoy y que cerca de la miseria humana y la burla de lo físico.
¿Dónde quedó el partido de la dignidad humana, habría que preguntarle a Genoveva?