Diversas instituciones internacionales y gubernamentales, así como centros de investigación han confirmado ―o al menos previsto― una mejor calidad de aire debido a las políticas de confinamiento obligatorio o personal que han tomado la mayor parte de los países como medida para disminuir los contagios de COVID-19.
En la más reciente investigación, publicada en la revista Nature Climate Change, la cuarentena y las restricciones de movilidad disminuyeron los niveles dióxido de carbono (CO2) entre un 4% y 7%. El estudio analizó los indicadores de movilidad y de consumo energético en 69 países, los 50 estados de Estados Unidos y 30 provincias chinas que representan el 85% de la población mundial y producen el 97% de las emisiones contaminantes en el mundo.
De acuerdo con la publicación, los niveles de CO2 entre enero y abril de 2020 descendieron un 8.6% comparadas a las cifras de 2019, hasta de un 17% el 7 de abril debido a que gran parte de la población mundial estaba confinada.
Asimismo, se estudió el impacto de las restricciones de actividades en 6 sectores: poder, emisiones de CO2 por la quema de combustible fósil; industria; transporte; edificios públicos y comercio; emisiones residenciales, y aviación. Los resultados demuestran que el sector de aviación y transporte fueron los más afectados al reducir un 75% y un 50% sus actividades, aunque la contaminación por aviación sólo representa el 3% a una escala global.
Por otro lado, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró que no puede afirmarse el impacto de la crisis sanitaria provocada por la pandemia ante las concentraciones de gases de efecto invernadero. La organización explicó que las medidas sanitarias que se implementen luego de disminuir los casos nuevos de COVID-19, es decir, una vez la pandemia esté controlada, no tendrían efecto en el reforzamiento de las acciones a corto, mediano y largo plazo para revertir el cambio climático y alcanzar los objetivos del Acuerdo de París.
Josep G. Canadell, director de Carbon Global Project y quien participó en la investigación, afirmó que de no existir "cambios estructurales", las cifras halladas habrán de rebotar en 2021, pues la población espera recuperar el estilo de vida actual que se encuentra en pausa por la pandemia, a pesar de las indicaciones de los gobiernos y especialistas sobre el cambio radical que trajo la pandemia de coronavirus.