Uno de los eventos más importantes en la vida cultural de la URSS en los tiempos de la Gran Guerra Patria (1941-1945), como se conoce en Rusia al Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), fue el concurso que se celebró en el Teatro Bolshói para dar con un nuevo himno para la Unión Soviética.
Durante la guerra la ideología soviética se orientó más a nivel nacional: cesaron las atrocidades contra la Iglesia y se restablecieron el patriarcado y la Orden de Alejandro Nevski —un líder ruso del siglo XIII que derrotó a los soldados de la Orden Teutónica, cuyos herederos eran considerados fascistas—, e incluso el estilo del uniforme militar pasó a asemejarse al de la época zarista. En este contexto, en 1942, decidieron renunciar a La Internacional, que, en realidad, llamaba a la revolución mundial, y crear un himno inspirado en las ideas del patriotismo.
En el concurso abierto participaron 170 compositores, entre ellos los grandes Dmitri Shostakóvich, Serguéi Prokófiev y Aram Jachaturián.
El himno del compositor Alexandr Alexándrov ganó la competición.
El líder soviético, Iósif Stalin, era personalmente el censor. De su propia mano salieron las primeras líneas: ¡Tenaz unión de repúblicas libres que la Gran Rusia ha unido por siempre!... Es de destacar que, en el espíritu de la época, en el himno se cantó a la Gran Rusia y no hubo ni una palabra que aludiese al Partido Comunista.
Oleg Alexándrov es hoy el sucesor de la dinastía Alexándrov. Su tatarabuelo fue el autor del himno de la URSS y Rusia y el fundador del Conjunto de Canto y Danza Alexándrov, también conocido como coro del Ejército Rojo. Explicó a Sputnik el papel del Teatro Bolshói en la creación del himno de la URSS.
"El himno, que hasta el día de hoy es el símbolo del país, obtuvo su estatus en el Teatro Bolshói. Su famosa orquesta, de hecho, también participó en el feliz destino de esta obra monumental", enfatizó el famoso barítono ruso.
Piotr Kondrashin es el nieto de Kirill Petróvich Kondrashin, un destacado director de orquesta que comenzó su carrera en el Bolshói durante la Segunda Guerra Mundial. Su abuelo, que ganó un Grammy en 1960, constató que este período fue especial en la vida del teatro.
"Escuchando himnos, Stalin elogió a la orquesta del Teatro Bolshói y preguntó: '¿Cuánto ganan los músicos?'. El director principal del teatro, Alexandr Mélik-Pasháyev, respondió que el concertino recibía 1.200 rublos [en aquella época el salario promedio era de 600-800 rublos]. Stalin exclamó que no era suficiente y que era necesario subirlo hasta 6.000 rublos", dijo a Sputnik Piotr, el solista de la Orquesta del Teatro Bolshói y primer violonchelo.
"El Gabinete rápidamente cumplió las instrucciones de Stalin, y al día siguiente apareció una resolución del Consejo de Ministros sobre un aumento salarial para la Orquesta del Teatro Bolshói", contó el nieto de Kondrashin.
El mismo autor del himno escribió en aquel entonces que en su obra había intentado combinar varios géneros.
"Quería combinar los géneros de una marcha victoriosa, una canción popular y un coro épico ruso amplio. Quería que el himno fuera amigo e inspirador de un ciudadano", afirmó.
La música para el himno sonó en el desfile del Día de la Victoria el 24 de junio de 1945. Son las mismas notas que componen hoy el himno de Rusia.
El poeta Serguéi Mijalkov, quien participó en la creación de la letra del himno de la URSS, la actualizó en 2000.
Alexándrov escribió una gran cantidad de música religiosa y diferentes canciones, incluida Sviashénnaya Voiná (guerra sagrada en ruso), una melodía famosa en Rusia propia de los años de aquella época que se convirtió en una especie de canto por la defensa de la patria.