Los tiempos de cuarentena nos siguen obligando a recurrir a la revisión de los elementos del séptimo arte que han dejado huella, quedando guardados en nuestra cabeza y corazón, con los cuales ubicamos a las diferentes naciones que han nutrido nuestra competencia cinematográfica.
Desde hace algunas semanas, me he dedicado a hacer un recuento de filmes y directores representativos de Sudamérica, pasando por Brasil, Ecuador, Perú y Bolivia. Hoy toca citar largometrajes y estrellas de Uruguay y Argentina que han representado dignamente en el mundo, a estas cinematografías.
Comencemos con Argentina, nación que tiene una gran historia de calidad en el séptimo arte. Desde aquel “El fusilamiento de Dorrego” en 1908 -primer filme con argumento de aquella nación-, dirigida por Mario Gallo y protagonizada por Salvador Rosich, Roberto Casaux, el cine gaucho ha evolucionado a pasos agigantados y se ha convertido en una de las principales industrias del séptimo arte en América Latina.
A nadie nos parece raro escuchar de los logros de personajes como el actor Ricardo Darín, quien se ha dado el lujo de rechazar por convicción y profesionalismo ofertas de Hollywood o el propio cineasta Juan José Campanella, quien ha recibido, además de muchos premios en festivales de todo el mundo, incluyendo un Ariel a Mejor Película Iberoamericana, un Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010, personajes que en conjunto consiguieron levantar un proyecto cinematográfico de gran impacto, me refiero a “El secreto de sus ojos”.
Este filme, coproducción Argentina-España, es un thriller urbano de gran calidad basado en novela “La pregunta de sus ojos” de Eduardo Sacheri, quien junto con Campanella le dio forma al guion.
La cinta narra el impactante momento en que un agente judicial Benjamín Espósito, interpretado magistralmente por Ricardo Darín, es asignado al caso de asesinato de una bella chica en 1974 y 25 años después decide escribir una novela sobre esa situación. La marca emocional que dejó en él ese asesinato, lo lleva a repasar los detalles que no puedo resolver y a reconstruir la tortuosa historia para buscar imprimirle un final diferente.
El largometraje es digno de cualquier tarde de debate y deja ver una de las grandes realizaciones del cine argentino, incluso en 2009, año de su estreno, fue la cinta más vista en aquel país y una de las de mayor recaudación de la historia.
El cine uruguayo, un poco más tardío que el pampero, nos dejó ver su primera cinta de ficción hasta 1923, cuando el filme mudo “Almas de la costa” de Juan Antonio Borges se presentó al público. De ahí a la fecha, ha estado lleno de intermitencia, aunque tiene grandes momentos de cuya muestra, bastan algunos botones: “El lugar del humo” (1979) de Eva Landeck, “La historia casi verdadera de Pepita la Pistolera” (1993) de Beatriz Flores Silva, “25 Watts” (2001) de Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella, entre muchas otras.
Hay grandes filmes uruguayos, con reconocimiento de calidad en todo el mundo, y justamente el filme que le quiero recomendar tiene la etiqueta de grande, me refiero a “Whisky” dirigido en 2004 por Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll.
Se trata de una coproducción Argentina-Alemania-España, cuyos realizadores charrúas concretaron para su realización en diversas ciudades uruguayas, poniendo especial énfasis en la bellísima Punta del Este.
Esta comedia negra narra la vida gris de Jacobo Koller (Andrés Pazos) un empresario judío, propietario de una pequeña y olvidada fábrica de calcetines, que vive solo y fastidiado del destino que enfrenta, hasta que recibe la visita de su hermano Herman Koller (Jorge Bolani), un empresario de mismo ramo industrial, quien ha triunfado en el mercado brasileño.
Ambos deciden emprender un viaje a la playa, por lo cual tiene que contratar a su empleada de limpieza, Marta Acuña (Mirella Pascual) para que se haga pasar por su esposa y poder hacer congruente la historia que le ha contado por años a su familia. Una historia divertida y llena de momentos geniales.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook, “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter y “Cinematógrafo 04” en Spotify.