
Dos riesgos contra la economía aparecen en el horizonte poblano. Por un lado, la posibilidad de que la cuarentena no se levante a finales de junio, debido al descubrimiento de la disparidad de casos de COVID-19; por otro, la advertencia de una recesión mundial que golpeará directamente a la industria automotriz, el corazón de la economía en Puebla.
De Volkswagen dependen en Puebla al menos 78,000 empleos directos e indirectos. A principios de este mes, la armadora anunció la extensión hasta el 30 de abril de la suspensión de sus actividades en dos plantas de producción para seguir las medidas del gobierno, que decretó emergencia sanitaria debido al brote de coronavirus.
El paro temporal de actividades culminaba originalmente el 12 de abril y la empresa agregó en un comunicado que mantendría la remuneración íntegra de todos sus empleados durante el tiempo que durará la suspensión. Sin embargo, el desfase de casos podría aumentar el periodo de suspensión.
Aunque la empresa calcula regresar a finales de este mes a las actividades, la curva de contagios apunta a que el 25 de junio concluirá esta primera oleada. Sin embargo, un desfase entre los casos reportados por el Gobierno Federal y los que reportan los estados causaría que la fecha planteada por el subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, esté equivocada.
Así, mientras el término de la contención por la contingencia puede extenderse, la caída económica internacional provocaría una reducción en el consumo de vehículos. La globalización de la industria expuso a la industria automotriz internacional ante la pandemia de coronavirus.
Desde el 30 de marzo, casi todas las plantas de fabricación de vehículos en Norteamérica están en paro técnico, incluyendo las de México. Peor aún, el mayor volumen de venta de vehículos de México lo tienen los países de Europa y Estados Unidos, las regiones más afectadas por el Covid-19.
Lo anterior anticipa una fuerte caída en la venta de vehículos los próximos meses. Ante esta situación, la industria que representa un 3.8% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y de la cual dependen más de 3.6 millones de empleos solicitó a través de la AMIA apoyos de comercio exterior, fiscales, financieros y normativos para el sector durante el periodo que dure la contingencia.
El COVID-19 ha obligado a muchas automotrices a suspender sus operaciones en Norteamérica para proteger la salud de empleados y colaboradores, y México no ha sido la excepción. Sumado a ello, la venta de vehículos ha decaído en todo el globo.
El nuevo revés empeora el sombrío panorama para las armadoras de vehículos México, que a comienzos de año ya vaticinaban nuevas caídas en la fabricación local y exportaciones para el cierre de este año, tras caer un 4.1% y un 3.4% interanual.
Para dimensionar el impacto que la crisis automotriz internacional por el coronavirus y la recesión mundial, ver una comparación: los 78,000 empleos, directos e indirectos que giran alrededor de la planta de Volkswagen en Puebla son poco más del doble de fuentes de empleo que genera el estado por sí solo en un año.
La agencia Fitch Ratings informó hoy que la pandemia de Covid-19 traerá consigo daños monetarios nunca antes vistos, como la caída en el Producto Interno Bruto a nivel global y una recesión económica nunca antes vista.
Según las estimaciones de la calificadora, el PIB a nivel mundial tendrá una baja del 3.9 por ciento este año, mientras que en la Unión Europa se prevé que el mismo indicador tenga una caída del 7 por ciento; en Reino Unido bajaría 6.3 y en Estados Unidos 5.6.
La agencia indicó que países como México, Brasil, Rusia, Sudáfrica y Turquía ya padecen de manera importante los estragos del COVID-19 en sus indicadores de PIB. Esto es a consecuencia del encarecimiento de los productos básicos y la fuga de capitales, situaciones que se replicarán a escala internacional perjudicando el consumo de productos de mayor valor como los automóviles.