Más de dos docenas de miembros de los grupos armados que depusieron sus armas y se rindieron al Ejército sirio revelaron haber realizado entrenamientos en la base estadounidense desplegada en la zona del campamento de Rukban.
Al entregarse a los militares sirios estos combatientes planeaban volver a hacer vida normal, pero fueron atacados en la frontera con la zona de seguridad de 55 kilómetros por el grupo radical Magavir al Saura o Comandos de la Revolución, controlado por Washington, comunicó el jefe del Centro Ruso para la Reconciliación en Siria, Oleg Zhuravlev.
"Solo pudieron escapar 27 personas, quienes actualmente se encuentran en Palmira (...), entregaron decenas de armas de fuego, incluidos lanzagranadas y ametralladoras de gran calibre, algunas de producción occidental", subrayó Zhuravliov durante una conferencia de prensa, destacando que ahora todos ellos están protegidos por las tropas gubernamentales sirias.