Tras una actividad casi nula desde diciembre de 2018, cuando cobró la vida de 430 personas en Indonesia, Sumatra y Java, la noche de este viernes despertó el volcán Anak Krakatoa, con expulsiones de fuego y cenizas que se mantienen hasta esta hora.
Ubicado en Indonesia, el volcán “hijo de Krakatoa” es el resurgimiento del coloso que desapareció en 1883, tras una devastadora erupción que lanzó lava, piedra y cenizas a distancias nunca antes vistas, matando a más de 36,000 personas por el material expulsado y por varios tsunamis con olas de casi 40 metros de altura.
La alerta volcánica para el Anak Krakatoa se mantiene en la fase 2 de 4, sin que hasta ahora se reporten víctimas o daños a causa de su actividad.
Tras el despertar del coloso de Indonesia, han surgido múltiples teorías que relacionan ésta y otras actividades volcánicas alrededor del mundo, incluyendo la del Popocatépetl, como supuesta evidencia de la reactivación en cadena del “cinturón de fuego” del Pacífico. Sin embargo, hasta el momento no existen evidencias científicas de ello y diversos investigadores han dicho que estos fenómenos son totalmente normales, aclarando que la actividad del Krakatoa no influye en la de otros volcanes.
Como era de esperarse, las redes sociales no tardaron en llenarse de posteos catastrofistas, acompañadas de imágenes y videos que corresponden a la erupción del Anak Krakatoa del 2018.