China era ante los ojos del mundo un país donde podíamos conseguir productos baratos, pero no de buena calidad; una nación que no se relacionaba con otros gobiernos, sobre todo con aquellos que no comparten su ideología. Pero ante la epidemia de COVID-19, el país asiático ahora ofrece su ayuda a los países más afectados por la pandemia.
Las autoridades sanitarias chinas han compartido sus consejos vía videoconferencia con la Unión Europea (UE); también se han enviado equipos de expertos a Italia e Irán, además de una cantidad importante de kits de pruebas para detectar el COVID-19 en otros países.