
Las medidas de prevención contra el contagio del coronavirus COVID-19 han causado que los grandes engranes de la economía poblana estén paralizados. Volkswagen ha suspendido su producción de finales de marzo a abril; la industria restaurantera y hotelera se contrae por encima del 20 %, mientras que el flujo de remesas tendrá una caída con la desaceleración económica del país vecino y la industria agroalimentaria experimentará un alta inflacionaria grave.
La armadora de autos Volkswagen aporta hasta un 40 % del Producto Interno Bruto (PIB) en el estado y emplea a 16,000 personas directamente. Este “goliat” de la economía local, sin embargo, detendrá sus operaciones entre el 30 de marzo y el 12 de abril.
Esta suspensión de la producción es ejecutada por la armadora alemana tras la disminución en la demanda del mercado mexicano y en otros mercados internacionales por la emergencia sanitaria, así como el creciente riesgo de desabastecimiento de autopartes.
Para valorar el impacto de la suspensión de operaciones en Volkswagen, basta revisar las cifras. 1,600 vehículos dejarán de producirse, 15% del PIB estatal depende de las 75 proveedoras del consorcio alemán y además de los empleos directos, 35,000 poblanos más forman parte de la planta laboral de las proveedoras.
Otro de los grandes bastiones de la economía estatal es el turismo, en sus ramas hotelera y gastronómica. De acuerdo con la secretaria de Turismo Municipal, Mónica Prida Coppe, la caída en la ocupación hotelera va del 20 al 30%, con relación a las cifras del mismo mes del año pasado.
El sector restaurantero, que también forma parte de la industria turística, también tuvo una caída. La presidenta de CANIRAC, Olga Méndez Juárez, reporta caídas en porcentajes de 15 a 20%, que podrían extenderse a un mayor impacto en los próximos días al subir el Gobierno Federal a Fase 2 la contingencia.
El sector turístico se ha convertido en un motor económico para la entidad después de la industria. En los últimos diez años, Puebla creció de 15,000 a 30,000 cuartos de hotel. La caída de la industria turística es un duro golpe para la economía poblana en medio de la crisis sanitaria.
Este lunes, el gobierno estatal anunció un decreto para cancelar o suspender -según sea el caso- las actividades en centros de esparcimiento como son cines, auditorios y actos públicos y privados. El turismo de entretenimiento será también afectado a causa de las medidas de prevención del virus.
Las remesas también comenzarán a disminuir a causa de la pandemia. En toda la Unión Americana, viven más de un millón de poblanos y la mayoría reside en los barrios latinos de Nueva York, constituyendo de esta forma una fuente importante de remesas para el estado.
En 2019, los poblanos en el extranjero acumularon ingresos por 1,763.01 millones de dólares por concepto de remesas, informó el Banco de México. Aunque dicha cifra es histórica, la contracción de los mercados internacionales perjudicará el flujo de dólares este año a causa de la pandemia del COVID-19.
Si bien el dólar ya llegó a 25 pesos en ventanillas, la firma Morgan Stanley prevé una contracción de hasta 30% en la economía de Estados Unidos, que perjudicará las fuentes de empleo de los poblanos en el extranjero.
Finalmente, la industria agroalimentaria en Puebla también se ha contagiado de la desaceleración a causa del coronavirus. El incremento de consumo provocado por las compras de pánico causará una escalada inflacionaria en el sector primario de la economía estatal, y con ello los perecederos no solo escasearán en las próximas semanas, sino que su precio irá a la alza.