Los valientes latinoamericanos que combatieron contra el nazismo

Los valientes latinoamericanos que combatieron contra el nazismo

Foto: Sputnik

Durante los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, el entonces presidente de Brasil, Getulio Vargas, decidió mantener al país en una posición neutral en un intento de seguir beneficiándose de las relaciones con las grandes potencias de ambos lados del conflicto. La 'neutralidad interesada' de Vargas llegó a su fin en los primeros meses de 1942, cuando permitió la instalación de bases militares estadounidenses en el país a cambio de préstamos millonarios para la creación de la Compañía Siderúrgica Nacional.

 

La alianza entre Brasil y EEUU obviamente no agradó a Alemania que, pocos meses después, empezó a atacar navíos mercantes brasileños. Hundieron más de una treintena de buques —algunos en plena costa del país suramericano— y cerca de seis centenares de brasileños perdieron sus vidas en los ataques.

 

La muerte de personas inocentes llevó al pueblo a salir a las calles a exigir que Brasil reconociera el estado de beligerancia con los países del Eje. En este contexto, en agosto de 1942, Vargas declaró la guerra a la Alemania nazi y a la Italia fascista.

 

Serpientes fumadoras

 

Pese a las obviamente duras condiciones que enfrentarían en la guerra, los 'pracinhas' (como pasaron a ser llamados cariñosamente los soldados brasileños por la prensa y la población en la época) mantuvieron su sentido del humor en la elección del símbolo que representaría la Fuerza Expedicionaria Brasileña (FEB).

 

El escudo con una serpiente verde fumando en pipa surgió como una provocación bienhumorada a lo que se afirmaba de forma irónica en la sociedad brasileña de aquel entonces: "Es más fácil ver a una serpiente fumar que a Brasil entrar en la guerra en Europa".

 

La creatividad del símbolo de las tropas brasileñas acaparó la atención de un inesperado —¡e ilustre!— artista: Walt Disney. Con el objetivo de motivar a los soldados que a aquellas alturas ya se encontraban en el campo de batalla, el periódico O Globo publicó en su portada del 22 de febrero de 1945 una exclusiva interpretación del escudo de la FEB. El autor del dibujo no era otro que el creador de Mickey Mouse.

 

Rumbo a Italia

 

Por diversas razones de orden política y operacional, los más de 25.000 militares de la FEB embarcaron rumbo a Europa solamente en julio de 1944, casi dos años después de que Brasil declarara la guerra a las potencias del Eje.

 

"La llegada a Italia fue una sorpresa: viajamos, cruzamos el océano Atlántico y el mar Mediterráneo sin saber exactamente cómo y dónde actuaríamos. Solamente al desembarcar descubrimos que íbamos a luchar contra los alemanes en Italia", recuerda el teniente coronel Leonel Junqueira, quien partió rumbo a la guerra el 20 de septiembre de 1944.

 

El veterano, que cumplirá 105 años el diciembre próximo, se presentó voluntario para luchar por su país. En una conversación telefónica con Sputnik, Leonel Junqueira cuenta que las situaciones de gran peligro empezaron antes incluso de pisar suelo europeo.

 

"El viaje en navío a Italia duró cerca de 16 días, pero en el camino de vuelta se tardó cinco o seis días menos. Lo que pasó es que en la ida, los buques y aviones de nuestra escolta a veces detectaban submarinos enemigos en la ruta planeada. Entonces nuestro navío se veía obligado a cambiar su ruta", explica.

 

Leonel Junqueira todavía era sargento primero cuando embarcó hacia Italia y, pese a que estaba entrenado para otra designación, fue transferido al escuadrón de guerra química nada más llegar al país transalpino.

 

"Yo no tenía ninguna práctica en esta área, es decir, no solo yo, nadie de mi grupo de guerra química entendía de eso. Pero aprendimos con la compañía estadounidense de guerra química. Estábamos encargados de manejar gases venenosos en caso de que fuera necesario. Pero como los alemanes no los usaron, nosotros tampoco lo hicimos. Además, enseñábamos a los soldados a usar las máscaras antigases. Lo que sí hacíamos a menudo era preparar cortinas de humo. Cuando los brasileños necesitaban atacar a las fuerzas alemanas, hacíamos una cortina de humo para que no pudiesen ver a los brasileños caminando en su dirección", detalla el veterano a Sputnik.

 

Recuerdos imborrables

 

Pese a las más de siete décadas que han pasado desde que el nazismo fue finalmente derrotado, algunos momentos han quedados para siempre en la memoria del veterano centenario.

 

"Todo el tiempo en que estuvimos allá, estuvimos en peligro. Por ejemplo, en la segunda o tercera noche tras la llegada a Italia, todavía ni habíamos entrado en combate, cuando viví el primer momento de peligro. Yo estaba en mi carpa escribiéndole una tarjeta postal a mi novia bajo la luz de una vela cuando pasaron aviones y lanzaron una bomba, es más, varias bombas. Se apagó la vela, mi carpa voló por los aires. La suerte es que las bombas cayeron más allá de nuestro campamento. Si hubieran caído donde estábamos acampados, habríamos muerto sin ni siquiera haber luchado".

 

"En otra ocasión, tampoco morí de puro milagro. Cuando perseguíamos a los alemanes, llegamos a una pequeña ciudad que había sido completamente bombardeada. Llegamos a eso de las 17:30 a dormir para seguir adelante el otro día por la mañana. Me dieron a mí y a mi grupo de guerra química, éramos cerca de 25 hombres, un sótano para pasar la noche. En aquel entonces ya había sido ascendido a subteniente y era el encargado del grupo. Al entrar en casa les dije a todos que tuvieran cuidado con las minas. Al examinar el sótano encontré una bodega con unas 30 botellas de vino. Les dije a todos que no tocaran las botellas, pero algunos no escucharon la recomendación. Ya iban a poner la mano en una botella cuando les grité: ¡Para! ¡Para!", recuerda el veterano con emoción.

Notas Relacionadas