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Definitivamente Gabriel Biestro se ha posicionado como una de las grandes revelaciones del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) debido al cabildeo logrado en el Congreso, a la operación política al interior de su partido y a la relación de cercanía que construyó con el actual gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta.
Contrario a lo que ocurre en muchos otros estados o ciudades, donde la inexperiencia le está cobrando factura a la llamada Cuarta Transformación, el diputado y presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política ha acumulado distintos logros en el corazón político de Puebla: el Congreso del Estado.
En Morena, Biestro fue uno de los principales ingenieros de la estrategia electoral y de la apertura del partido al hoy titular del Poder Ejecutivo, operación que le colocó como uno de sus hombres de confianza. Ya en el Poder Legislativo, la aprobación por unanimidad de distintas iniciativas -incluida la del Gobernador Interino- le ha promovido como un político avezado en el logro de acuerdos.
“Tras la tragedia de Diciembre (la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y de su esposo Rafael Moreno Valle), le toca al Congreso ponerse de acuerdo y como legislatura, más allá de la situación de un color u otro en los partidos políticos, logramos sacar por unanimidad el tema. ¿Por qué? Porque requeríamos una persona que nos diera gobernabilidad. Pero esa gobernabilidad venía de la legitimidad. ¿Y cuál era la legitimidad? La unanimidad del voto”, recuerda.
Gabriel Biestro reconoce al Poder Legislativo, con todos sus integrantes independientemente de las diferencias políticas: “el Congreso ha estado a la altura, porque muchos de los temas los partidos los hemos sacado por unanimidad con la intención de darle gobernabilidad del Estado. El ejemplo más reciente es el de la elección del Fiscal del Estado”.
En la entrevista que concede a Imagen Poblana, el legislador se relaja y cuenta algunas vicisitudes de la epopeya de 2018. Admite que fue el líder del bloque opositor contra los políticos que llegaban de otros institutos como el propio gobernador Barbosa Huerta, entonces senador.
El relato sobre la manera en la que se convierten mutuamente en aliados y hombres de confianza no tiene desperdicio.
Aquí la historia:
Gabriel Biestro recuerda el contraste político que representó la llegada de lo que él entonces denominó “Los Búfalos”, personajes políticos nacionales que querían ingresar a Morena en la antesala del proceso electoral de 2018.
Con franca sonrisa, reconoce que él era de los opositores a la llegada de tales personajes. Y dice más: “Nos organizamos para evitar que entraran a los que nosotros llamamos los búfalos (...) llegaban a empujar con todo, eran ‘pesos pesados’ de la política local y nacional”.
Fundador de Morena y uno de los manifestantes de la toma de Reforma, episodio afamado en la historia política contemporánea, Gabriel Biestro plantea que mucho antes de que se conformara Morena como partido, los fundadores de esta institución política habían establecido la idea de hacer algo totalmente diferente, como no aceptar alianzas con otros partidos o aceptar a personas que ya hubieran militado previamente.
“Pero eso tuvo que ir cambiando. Tuvimos que adaptarnos y dejar lo que era un movimiento, a ya comportarnos como un partido político. ¿Qué es lo que busca un partido político? La toma del poder. ¿Qué distinguía a Morena de los demás? Que nosotros queríamos el poder, pero no para hacer negocios o convertirnos en una clase política que se aprovechara del momento, sino para cambiar las cosas de raíz”.
Gabriel Biestro recuerda que cuando el entonces diputado federal Alejandro Armenta, el exsecretario de Gobernación Fernando Manzanilla y el entonces senador Miguel Barbosa llegaron a Morena, lo hicieron porque “finalmente era necesario en ese momento para cambiar las cosas”.
“Cuando yo empecé a trabajar con Miguel Barbosa nos empezamos a conocer, y muchos de los que éramos de los más radicales en ese sentido, de verdad que lo llegamos a respetar y a apreciar mucho por ser una persona que traía convicciones muy fuertes (...) Entonces desde ahí, muchos de los que habíamos estado en contra, comenzamos a conocer a Barbosa y empezamos a quererlo”.
Desde entonces a la fecha, la relación del diputado y el gobernador se ha reforzado. Hoy, ambos tienen un programa para modificar el régimen que por 10 años gobernó la entidad. “Entonces, bajo este entendido, estuvimos todos y confiamos que el proyecto actual en el Congreso tiene que ver con eso, con la limpieza de las estructuras”.
En el cenit del periodo legislativo, a año y medio de que este concluya, el diputado Gabriel Biestro tiene clara la misión de la Sexagésima Legislatura: “Estar a la altura del momento histórico que se vive. La gente votó por un cambio, un cambio de raíz. Más que un cambio de partido es un cambio de régimen, un cambio de cómo hacer las cosas. La responsabilidad es enorme. Tenemos que estar a la altura".
