Corea del Sur elevó al máximo nivel, el rojo, la alerta por la propagación del nuevo coronavirus.
"La situación de COVID-19 ha alcanzado un punto crítico. Los próximos días serán muy importantes. Es un momento crítico para que toda la nación se una y responda", declaró el presidente surcoreano Moon Jae-in al reunirse con los altos cargos de varios departamentos.
El mandatario, citado por la agencia Yonhap, insistió en que el Gobierno y las autoridades locales no duden en tomar medidas "contundentes sin precedentes" para contener la infección, sin sentirse limitados por las "regulaciones".
El anuncio coincidió con la noticia del fallecimiento de una médica de unos cincuenta años ingresada en la UCI del Hospital de la Universidad Nacional Kyungpook, en Daegu, con hemodiálisis renal diabética grave y problemas respiratorios.
Había dado positivo en la prueba de COVID-19 y, de confirmarse esta causa de defunción, sería la quinta víctima mortal del nuevo coronavirus en Corea del Sur.
Con 602 contagios y cinco defunciones que se han confirmado hasta hoy, Corea del Sur es el principal foco del nuevo coronavirus tras la China continental y el crucero Diamond Princess, fondeado en Yokohama, Japón.
A finales de 2019, China informó de un brote de neumonía causada por una nueva cepa de coronavirus en Wuhan, capital de la provincia de Hubei.
La nueva infección, denominada COVID-19, traspasó las fronteras de China y se detectó en una treintena de países hasta la fecha.
A nivel global, el nuevo coronavirus infectó a más de 78.700 personas y provocó 2.461 muertes, incluidas 19 fuera de la China continental.
El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud decretó una emergencia internacional por la propagación del nuevo coronavirus.