Aparte de las obvias consecuencias nefastas para la salud pública que está teniendo el nuevo coronavirus, también está causando estragos en el ámbito social, donde los ciudadanos chinos se han convertido en objeto de marginalización.
El pánico causado por la propagación de la enfermedad ha generado brotes de racismo y discriminación por todo el mundo. Así, los ciudadanos de la República Popular de China son rechazados y a menudo incluso reciben insultos, tanto en las calles como en las redes sociales.
De hecho, los asiáticos en Francia incluso lanzaron un flashmob con el hashtag #NoSoyUnVirus para compartir historias de casos de racismo y concienciar al público general sobre el problema. Un ejemplo de estos casos son las acciones de los bromistas con mal gusto que incluso pueden causar pánico entre el público general.
A día de hoy, el virus ha infectado a más de 65.000 personas por todo el mundo. Aunque el número de víctimas mortales sigue aumentando día a día, superando ya la cifra de 1.500 personas, también aumenta el número de recuperados. Así, se informa de que más de 6.800 afectados lograron superar esta enfermedad.
Aparte de los problemas sociales, el coronavirus también está teniendo efectos negativos sobre la economía mundial, y especialmente la regional en China. El turismo está paralizado, así como las fábricas, y las compañías chinas se ven obligadas a tomar préstamos.
.gif)