A finales de los 90’s y principios del nuevo milenio, muchos de nosotros disfrutamos de “Sabrina, la bruja adolescente”, serie protagonizada por Melissa Joan Hart que nos mostraba las aventuras divertidas de una joven bruja mitad mortal, que a veces no podía controlar los poderes que le fueron otorgados.
Las risas siempre estaban presentes en esta serie con el gato “Salem” y sus tías Hilda y Zelda. Nadie podía pensar que años más tarde se haría un remake donde veríamos a una Sabrina totalmente diabólica.
Netflix se aventuró a producir desde 2018 “El Mundo Oculto de Sabrina”, que tiene como protagonista a la joven Kiernan Shipka, a quien vimos crecer en la también exitosa “Mad Men” y que ahora muestra una faceta más madura… e infernal.
Contrario a la Sabrina Spellman que conocimos años atrás, la nueva “Brina” entrega un argumento que obviamente no es apto para niños, si acaso es digerible para algunos adolescentes, pues vemos una historia donde hay perversión, terror, muerte y actos propios de Satanás.
Sabrina en realidad es hija del “Señor Oscuro”, mejor conocido como Satanás, a quien le rinden pleitesía como religión, siendo sus tías Hilda y Zelda parte de un aquelarre y una especie de universidad de las artes oscuras.
Sabrina Estrella de la Mañana debe decidir entre su vida adolescente con sus amigos, donde encontramos al amor de su vida Harvey, a la vidente Jaz y a Susie Putman, quien lucha contra su verdadero yo y termina convirtiéndose en Theo, mostrando también un tema de diversidad sexual.
Sí, “Salem” aún aparece, pero solo como un gato guía sin voz. Tenemos también a Ambrosse, el poderoso primo hechicero de Sabrina, quien además de ser un excelente guardián es un hombre que se entrega a la lujuria y bisexualidad.
Tocando temas espinosos como la avaricia, el placer sexual y hasta el sadomasoquismo, “El Mundo Oculto de Sabrina” es una serie altamente recomendable, sobre todo para adultos que crecieron con la primera versión de Sabrina.