Estamos a unos días de que se cumpla el plazo fatal para que los transportistas cumplan con la modernización de sus unidades, algo que hasta el momento ha dejado más dudas que certezas pese a lo expresado por la Secretaría de Movilidad y Transporte.
Hace unos días, la dependencia anunció que a partir del 13 de febrero se comenzarán a efectuar supervisiones para comprobar que los transportistas cumplieron con lo acordado; en ese entonces, Guillermo Aréchiga, titular de SMT, juró que muchas unidades ya estaban modernizadas.
No obstante, la realidad que viven los poblanos día a día es muy diferente, pues no consideran que la supuesta modernización del transporte se haya cumplido como se había establecido.
Aunque algunas unidades ya cuentan con las cámaras de videovigilancia, nada garantiza que estas estén funcionando ni mucho menos conectadas al C5, como según se acordó el año pasado tras el incremento al pasaje.
Usuarios del transporte público han manifestado que las cámaras que han visto en las unidades parecen más webcams que artículos con la capacidad de enviar imágenes a corporaciones policiacas para garantizar su seguridad.
De la misma manera, es notorio de la modernización de las unidades ha quedado en simples arreglos a los asientos de autobuses y camionetas, ya que los microbuses siguen sin reparaciones mecánicas necesarias para su buen funcionamiento.
Incluso, se pueden ver unidades de modelo muy viejo aún circulando en la ciudad, amparándose en que fueron repintadas y se les hicieron algunos arreglos en llantas o espejos, lo que no precisamente se puede tomar como una modernización.
Los poblanos han perdido la esperanza de que el transporte público en verdad presente un cambio sustancial, a fin de que los poblanos puedan viajar seguros y cómodos a sus trabajos u hogares.
Es cuestión de esperar los operativos anunciados por Movilidad y Transporte para comprobar si se llevó a cabo la modernización o todo quedó en promesas.
