Más de 40 líderes y mandatarios de todo el mundo participaron en la ceremonia central del Foro Mundial del Holocausto que se celebró el jueves en el Museo del Holocausto de Jerusalén coincidiendo con el 75 aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz.
En ese campo, que fue gobernado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial, murieron cientos de miles de judíos y de prisioneros no judíos.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, propuso el establecimiento de un equipo formado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar el problema del antisemitismo, una iniciativa a la que pocos minutos después se sumó el presidente francés, Emmanuel Macron.
En su discurso inaugural, el presidente de Israel, Reuven Rivlin, dijo que "el antisemitismo es una enfermedad que amenaza a la sociedad por dentro y a la que ninguna democracia es inmune".
"El Estado de Israel no es una compensación por el Holocausto, es la patria del pueblo judío, de donde venimos y adonde regresamos", dijo Reuvlin.
El mandatario considera que "el antisemitismo es una enfermedad crónica (…) pero Israel será siempre una garantía para la comunidad judía del mundo".
Por su parte, el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo: "Prometo que las palabras ya no son un eslogan vacío, sino un imperativo que continuará con nuestra campaña. De la independencia al poder, de Auschwitz a Jerusalén, de la oscuridad a la luz".
Netanyahu agradeció el enorme esfuerzo y sacrificio que los aliados hicieron durante la Segunda Guerra Mundial y por el que pagaron con millones de vidas: "sin esas víctimas hoy no estaríamos vivos", sentenció.
Aprovechó una parte de su discurso para atacar a Irán, lamentando que la comunidad internacional no se haya unido contra ese país.
El presidente Putin, recordó que el 40 por ciento de las víctimas de los crímenes nazis fueron ciudadanos soviéticos.
"La Shoa fue y todavía sigue siendo una profunda herida entre nosotros que siempre recordaremos", declaró.
Putin recordó que los nazis quisieron aplicar lo que denominaron la "solución final", la eliminación de todos los judíos, que calificó como "uno de los puntos más bajos de la historia humana".