Las autoridades encargadas del cuidado de la ciudadela inca Machu Picchu, anunciaron que el sitio arqueológico contará en febrero con cámaras de vigilancia tras el incidente ocurrido el 13 de enero en el que ciudadanos extranjeros defecaron en el santuario, y causaron daños en su estructura.
"El próximo mes vamos a instalar una cámara ahí (en la zona conocida como Puente Rimas) y otras en función a la posibilidad, porque no vamos a llegar al monumento con fibra óptica. Lo que vamos a hacer es poner una señal repetidora en algún punto que permita la instalación de cámaras en puntos estratégicos", dijo José Bastante, jefe de la ciudadela, en declaraciones a la agencia Andina.
Asimismo, Bastante indicó que se elevará el número de vigilantes en la zona arqueológica a mediados de febrero; actualmente se cuenta con 60 personas encargadas de la vigilancia del santuario y 40 instaladas en los puestos del control.
La mejora de estas medidas de vigilancia se extenderá a las horas nocturnas, indicó el funcionario.
La semana pasada, el Gobierno peruano ordenó la expulsión de cinco de seis ciudadanos extranjeros que dañaron la estructura.
Uno quedó detenido en Perú, donde se le inició un proceso judicial por el delito de daño al patrimonio de la Nación.
Machu Picchu, considerada como una de las 7 maravillas del mundo, es el principal atractivo turístico de Perú; recibe cerca de 1,5 millones de turistas al año, según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo.