Lo sucedido el viernes en Torréon, Coahuila, ha encendido las alertas sobre la manera en la que actualmente se desarrollan los niños. Más allá de culpar a videojuegos, música o televisión, se deben buscar las herramientas para sanar a la niñez mexicana.
Es prácticamente imposible alejar a los niños de la televisión; sin embargo, puede ser una gran aliada para ayudar a que los pequeños de la casa regresen a vivir esta etapa felices, sin pensamientos propios de una persona con grandes heridas emocionales.
Y para lograr esto podemos valernos de las caricaturas, pero no de las que hoy vemos actualmente, donde no se tienen enseñanzas y se fomenta la violencia. Sí, suena muy “vintage”, pero las caricaturas de antaño nos pueden apoyar en esta encomienda.
De entrada, podemos regresar a historias de éxito como la que nos muestran los “Supercampeones”, caricatura japonesa que muestra la evolución de Oliver A. Tom en su carrera como futbolista, dejando enseñanzas y valores como la amistad, el compañerismo y el esfuerzo para alcanzar nuestras metas.
Hay caricaturas muy divertidas para los pequeños donde no se presenta gran cantidad de violencia, como puede ser “Jhonny Bravo”, en la que vemos las aventuras de un rubio fornido que siempre luchaba por conquistar a la mujer de sus sueños.
En el mismo tenor tenemos “El Laboratorio de Dexter”, caricatura basada en un niño genio que tiene como principal obstáculo a su enorme y muy divertida hermana Didi, sin duda un dibujo animado muy recomendable.
Aunque no es una caricatura, sería bueno poner a los niños a ver el muy aclamado “Mundo de Beakman”, donde el científico llamado Beakman, con ayuda de la rata Lester, mostraba experimentos geniales que fomentan la curiosidad de los pequeños.
Por supuesto que también podemos valernos de caricaturas como “Los Supersónicos”, “Los Picapiedra”, “Looney Tunes” y hasta “Pokemon”, donde no vemos todos los malos ejemplos a los que tienen acceso hoy en día los niños.