La presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, aseguró que su gobierno desea normalizar relaciones con México y España, tras el "impasse" provocado por el refugio de varias exautoridades bolivianas en la embajada mexicana en La Paz.
"Nuestro gobierno quiere mantener las tradicionales relaciones de amistad y respeto mutuo tanto con los gobiernos de México y España, como con los pueblos de ambos países, con quienes nos unen lazos sólidos y culturales, políticos e históricos y hasta familiares", dijo Áñez en un encuentro con el cuerpo diplomático.
En el acto en el Palacio de Gobierno transmitido por la televisión estatal, la senadora conservadora que gobierna Bolivia desde el 12 de noviembre, tras la renuncia forzada de Evo Morales, justificó las "determinaciones firmes" que tomó en torno a los refugiados en la sede diplomática mexicana.
El gobierno de Áñez expulsó el 30 de diciembre a la embajadora de México, María Teresa Mercado; a la encargada de negocios de España, Cristina Borreguero, y a otros siete funcionarios diplomáticos españoles, acusándolos de participar en un supuesto plan de fuga de los refugiados bolivianos.
Las expulsiones, replicadas con igual medida por España pero no por México, plantearon el conflicto diplomático más grave del gobierno autoproclamado para dirigir nuevas elecciones aunque parece empeñado al mismo tiempo en un duro ataque contra la pasada administración de Morales.
México no designó nuevo embajador, sino que envió a La Paz al diplomático Edmundo Font en calidad de encargado de negocios, en tanto que España aún no anunció decisiones sobre su representación en Bolivia.
Las relaciones entre La Paz y México comenzaron a deteriorarse desde que, aún antes de que Áñez tomara el poder, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador diera asilo a Morales, haciéndose cargo inclusive de recogerlo de la región cocalera de Chapare (centro), desde donde el líder indígena había anunciado su renuncia.
Morales viajó luego a Argentina, donde permanece desde el 12 de diciembre en espera de ser declarado formalmente refugiado político.
Áñez pidió a los embajadores de países y representantes de organismos internacionales, que concurrieron a presentarle el saludo protocolar de inicio de año, que apoyen el proceso de "recuperación de la democracia".
"No queremos que ése sea un tema que nos separe a México y Bolivia", aseguró.
Ante los embajadores, la presidenta de facto insistió en calificar como "totalitario" al pasado gobierno de casi 14 años de Morales, quien ganó tres elecciones sucesivas desde 2006 antes de su cuarta y finalmente anulada victoria en los comicios de octubre pasado.
Las nuevas elecciones, producto de un acuerdo político para salir de la crisis provocada por la caída de Morales, están convocadas para el 3 de mayo.