Hoy en día, las redes sociales dominan el mundo de las comunicaciones. Para conocer una noticia a fondo ya no se requiere de esperar los noticieros en la televisión o la radio, solo basta entrar a Twitter y Facebook para saber a detalle qué pasa en el mundo.
Desafortunadamente, el auge de las redes sociales también ha dado pie a que personajes sin una pizca de talento, pero con mucha labia, salgan a la luz pública y se autodenominen influencers, pese a no tener gran cantidad de seguidores.
El ejemplo perfecto es el grupo de "mozalbetes" que quedó exhibido hace unos días por querer extorsionar a un restaurante de la CDMX, que no quiso patrocinarles una comilona a cambio de aparecer en su desconocido y nulo influyente blog.
Y es que con este tipo de supuestos líderes de opinión, ya están inundadas las redes sociales mexicanas. Algunos con solo hacer reír con un humor vacío pero aplaudido por los millennials, han logrado viajar por el mundo gratis, provocando que más jóvenes quieran producir basura para obtener ganancias.
Entre los temas más tontos que se pueden encontrar en redes sociales están, desde una guía para sobrevivir en las ciudades siendo provinciano, hasta retos absurdos como dar de pastelazos a los que se atraviesen en su camino.
Sí, esa basura es la más consumida por el público joven actualmente, que se ha hecho una falsa idea de que actuar como -literalmente- idiota, le va a traer grandes beneficios en su vida, sin tomar en cuenta que esta fama será pasajera.
De la misma manera verdaderos comunicadores, que ofrecen contenidos de calidad y bien elaborados, se ven opacados por el jovencito que con su celular quiere entregar temas vacíos, pero que son muy digeribles por una generación a la que ya le da flojera pensar.
