La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó este jueves por vigésimo octava vez consecutiva una resolución presentada por Cuba pidiendo poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero que EEUU impone a la isla desde 1962.
"El bloqueo provoca daños humanitarios incalculables, constituye una violación flagrante, masiva y sistemática de los derechos humanos y califica como acto de genocidio", afirmó el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla minutos antes de la votación en la Asamblea, en la que la resolución fue aprobada con el voto a favor de 187 países.
Solo Brasil, Israel y EEUU votaron en contra, mientras que Ucrania y Colombia se abstuvieron.
El informe "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba" es aprobado en la Asamblea General de la ONU desde 1991.
El canciller de la isla rechazó la reiterada manipulación de EEUU de los derechos humanos con fines políticos y –dijo- "los dobles raseros que los caracterizan".
Acusó a la Casa Blanca de intensificar agresivamente la aplicación extraterritorial de su política de bloqueo a Cuba contra terceros estados, sus compañías y ciudadanos, y denunció las medidas extraterritoriales aplicadas por Washington contra países que negocian con La Habana, en particular a bancos, y compañías que mantenían comercio con la isla.
También condenó las violaciones de derechos humanos en EEUU, principalmente contra las minorías y los menos favorecidos económicamente.
"El bloqueo viola también los derechos humanos y las libertades civiles de los ciudadanos estadounidenses a quienes limita, injusta y arbitrariamente, la libertad de viajar a Cuba, único destino prohibido para ellos en el mundo", afirmó Rodríguez Parrilla.
"Es en su conjunto –agregó-, una grave violación del Derecho Internacional, de la Carta de Naciones Unidas, y de los postulados de la Proclama de la América Latina como Zona de Paz".
Puso como ejemplo a niños y jóvenes cubanos que padecen de enfermedades graves y que no pueden ser atendidos por la falta de medicamentos que EEUU prohíbe sean vendidos a Cuba.
El canciller cubano reiteró la voluntad de la isla de resistir, y no doblegarse ante las amenazas de EEUU y reclamó el apoyo de la comunidad internacional.