El Gobierno de México, comandado por Andrés Manuel López Obrador y que representa la llamada “Cuarta Transformación”, vive su primera crisis provocada por la soberbia con la que se ha comenzado a conducir.
Ejemplo de esto es lo que se ha presentado en estos últimos días, caso concreto la pelea de López Obrador con diversos reporteros en la “mañanera” y el aval de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, a la llamada “Ley Bonilla”.
López Obrador no se ha mostrado como un presidente que tolere la crítica hacia sus acciones de gobierno y desde la detención y posterior liberación de Ovidio Guzmán ha enfrentado un sinfín de cuestionamientos a su administración.
Este fallido operativo sigue dando de qué hablar, más por el desatino de revelar el nombre del general encargado de esta acción, poniendo en riesgo su vida ante posibles represalias del crimen organizado.
Pese a los evidentes errores, el presidente ha evitado responder a los cuestionamientos de diversos medios de comunicación, lo que terminó por hartar a diversos periodistas, que el jueves se enfrascaron en una fuerte discusión con el mandatario en la “mañanera”.
López Obrador se vio acechado por diversos reporteros y prefirió darle vuelta a sus preguntas sobre el fallido operativo en Culiacán, argumentando que los periodistas habían perdido la compostura, mostrándose nuevamente soberbio.
Para aminorar los “ataques” de la prensa, López Obrador tiene “periodistas” a modo, que prefieren preguntarle por la serie mundial de beisbol que por temas trascendentes.
El otro ejemplo de la soberbia de la “Cuarta Transformación” es lo sucedido con la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien acudió a la toma de protesta de Jaime Bonilla, que es criticado por buscar estar en el cargo 5 años y no los 2 por los que fue electo.
Con la llamada “Ley Bonilla” aprobada, Sánchez Cordero avaló este acto del gobernador de Baja California, lo que quedó en evidencia en un video que se transmitió en vivo.
En él se ve a la titular de la Segob, celebrando con el gobernador e informándole que ante periodistas había declarado que la modificación del periodo del mandato era legal, porque la “Ley Bonilla” está vigente, augurando que nadie le quitará los 5 años como mandatario de Baja California.
Sánchez Cordero dijo hace un mes que la “Ley Bonilla” era anticonstitucional, por lo que sus declaraciones ante Jaime Bonilla la terminan contradiciendo.
De esta manera y gracias al poco tacto de sus funcionarios, la “Cuarta Transformación” vive su peor momento.