Es indispensable apersonarse de las cintas que nos llegan al corazón, porque son en la vida, como los amores eternos, es decir, llegan para quedarse y ningún otro los puede sacar. Así es “Coco” (2017), un filme infantil, que sensibiliza, que impacta y apasiona, que llegó de manera intempestiva, se aferró a nuestro corazón y nos describió, como mexicanos, en una fiesta que es solo nuestra, de nadie más, me refiero al “Día de Muertos”. Justo así se llama la cinta dirigida por Carlos Eduardo Gutiérrez Medrano que, por decirlo menos, es una evocación ligera al filme de Pixar.
Se trata de una crónica analítica sobre el día en que nuestros difuntos vuelven a la tierra -como en “Coco”-, contada a través de la historia de Salma, una chica de 16 años que no tiene conocimiento de sus antepasados familiares, por lo que no puede traer a ningún alma a este mundo. Junto con sus amigos, Jorge y Pedro, encuentra un extraño libro de hechizos, que la conecta con el inframundo.
Con ayuda de ese texto, emprenden un viaje lleno de aventura -como en “El libro de la vida” (2015)-, que les permitirá conocer el origen familiar de Salma y realizar el tan ansiado recuento del significado de la tradición del Día de Muertos en el pueblo de Santa Clara.
En suma, pareciera que estamos recordando dos historias juntas y construyendo un nuevo filme que, por mencionar un aspecto importante, nos narra de una manera escueta y con poco detenimiento en los aspectos esenciales, el tema de la ancestral celebración.
Comencemos por considerar que la historia está contada en un ritmo bastante interesante, intenso casi por completo, aunque esa misma característica cansa al espectador por momentos. El filme fue esperado por muchos, pensando erróneamente que se trataba de otra cinta que marcaría una época en el cine de animación mexicano.
En defensa de este largometraje, cabe destacar que la idea de realizar un filme que hablara de este fantástico tema de la cultura popular mexicana comenzó con “Día de Muertos”; sin embargo, la capacidad financiera de Pixar consiguió poner a “Coco” en las salas de cine hace dos años, tiempos que tuvo que esperar Carlos Eduardo Gutiérrez Medrano para estrenar su cinta.
No se trata de una mala película; sin embargo, no va a llenar los zapatos de sus antecesoras en este grandioso tema, además de que se enfrenta a un monstruo del cine de animación infantil como es “Coco”.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.