La Policía Federal (PF) brasileña detuvo hoy en Sao Paulo al ciudadano bangladesí Saifullah Al-Mamun, considerado el mayor contrabandista de inmigrantes del mundo y acusado de liderar una red que llevó ilegalmente a casi 200 personas de Asia a Estados Unidos.
Según divulgó la PF, la operación se hizo conjuntamente con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), y buscaba cumplir ocho mandatos de prisión provisional y 18 búsquedas y aprehensiones en los estados Sao Paulo (sureste) y Río Grande do Sul (sur).
Al-Mamun, considerado por las autoridades estadounidenses como el mayor contrabandista de personas del planeta, nació en Bangladesh, y desde hace 6 años vivía en la ciudad de Sao Paulo, con un visado de permanencia de refugiado.
Ahí tenía una agencia de turismo y un supermercado, así como varias empresas a las que ponía a otras personas para dirigir.
Durante la operación fueron detenidas ocho personas, incluyendo a Al-Mamun, mientras que cinco inmigrantes fueron rescatados.
De acuerdo con la PF brasileña, los inmigrantes eran de países del sur de Asia como Afganistán, Bangladesh, India, Nepal y Pakistán, los cuales llegaban en avión a Brasil por el aeropuerto internacional de Sao Paulo y posteriormente se dirigían al estado de Acre (norte), fronterizo con Bolivia y Perú.
De Acre iniciaban una larga y peligrosa travesía en auto, barco y a pie por Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Nicaragua, El Salvador y Guatemala, antes de llegar a México, último obstáculo antes de llegar a Estados Unidos, su destino final.
Según la investigación, durante la travesía varios de los inmigrantes sufrían malos tratos, por lo que varios de ellos murieron.
"En el trayecto, pasaban por la selva de Darién, llamada Darem Gap (frontera entre Colombia y Panamá). Era el lugar más peligroso de la travesía, en el que muchos inmigrantes murieron. Esta organización criminal es también objeto de actividad de envío de menores en esta ruta", explicó Milton Fornazari, comisario de la PF.
Aunque el esquema del grupo era multinacional, las investigaciones detectaron que el liderazgo de la organización era ejercido por un extranjero que vivía en Sao Paulo. Desde 2014, la banda facturó al menos 10 millones de dólares con el contrabando de personas, según las autoridades.
La red facilitaba documentos falsos a los inmigrantes para el viaje, como pasaportes, visados y cartas de tripulantes marítimos.
La mayoría de los inmigrantes llegaba a Brasil tras pedir refugio al país sudamericano y, posteriormente, con la ayuda del grupo, iniciaba la travesía hasta Estados Unidos.
"Había un abogado que daba todo el apoyo, toda la asistencia a estas personas. Este abogado hacía peticiones de pedido de refugio incluso antes de que estos extranjeros llegasen al territorio nacional, y acompañaba todo el desembarque de estos extranjeros", detalló Fornazari.
"Su participación contribuyó mucho para la realización de esta actividad ilegal", agregó.
Todos los acusados enfrentan cargos por contrabando de inmigrantes, organización criminal y lavado de dinero, con penas de tres a 10 años de prisión.