Los restos mortales del dictador Francisco Franco ya se encuentran en el cementerio madrileño de Mingorrubio-El Pardo, en el que será enterrado tras ser exhumado del Valle de los Caídos, donde se encontraba sepultado con honores entre miles de sus víctimas.
El helicóptero que trasladaba los restos de Franco desde el Valle de los Caídos llegó a la zona aledaña al cementerio de Mingorrubio en torno a las 14.00 (hora local).
Tras aterrizar, el cuerpo fue depositado en un coche fúnebre que trasladó los restos mortales de Franco hasta el panteón en el que será enterrado junto a su esposa, Carmen Polo.
Antes de la reinhumación del dictador, la familia celebrará un oficio religioso que correrá a cargo del prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, uno de los actores que se opuso a la exhumación durante el largo proceso judicial que se libró en los últimos meses.
Del mismo modo, en el oficio estará presente el sacerdote Ramón Tejero, hijo de Antonio Tejero, antiguo teniente-coronel de la Guardia Civil que encabezó el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 en España.
En la ceremonia, de carácter privado, los familiares del dictador podrán cubrir el féretro con la bandera franquista y realizar las proclamas que crean convenientes, algo que no se les estaba permitido hacer en el Valle de los Caídos, aunque algunos de ellos gritaron vivas al dictador a las puertas del complejo monumental.
En las puertas del cementerio se concentraron en torno a 200 ultraderechistas, entre los que destacaba la presencia de Antonio Tejero, que durante horas lanzaron vivas a Franco y corearon proclamas fascistas.
Francisco Franco fue un general español que impuso una dictadura de corte fascista en España hasta el año de su muerte (1975) tras ganar la Guerra Civil (1936-1939), iniciada tras un levantamiento militar que él mismo protagonizó junto a otros militares contra el gobierno legítimo de la Segunda República.
Tras su muerte, Franco fue enterrado con honores en el complejo monumental del Valle de los Caídos (al norte de Madrid), donde reposan los restos de 34.000 personas que perdieron la vida en la Guerra Civil.