Cada día, México se está dividiendo aún más de lo que ya estaba debido a las cuestionables decisiones toma el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien en el papel llama a la concordia y en los hechos muestra total intolerancia e incongruencia.
Mucha tinta se ha derramado con lo sucedido en Culiacán, Sinaloa, el pasado jueves, donde un operativo fallido terminó con un enfrentamiento sin cuartel entre narcotraficantes y las fuerzas armadas del país.
Para contrarrestar este problema, López Obrador avaló la liberación de Ovidio Guzmán, hijo de “el Chapo” Guzmán, quien fue detenido durante este operativo que mantuvo en medio del fuego cruzado a los habitantes de esta ciudad.
Por supuesto, las críticas no se hicieron esperar con la decisión del presidente y aunque López Obrador argumentó que el objetivo de la liberación de Ovidio Guzmán fue evitar una matanza por los enfrentamientos, sus acciones posteriores han dejado muchas dudas.
Y es que esta semana se presentó una manifestación de alcaldes de partidos de oposición para exigir un mayor presupuesto para sus municipios, luego de que la Ley de Ingresos dejara a los ayuntamientos con menores recursos.
La respuesta a esta manifestación fue una represión por parte de los cuerpos policiacos de la CDMX que terminó con el lanzamiento de gas lacrimógeno, algo que no se esperaba luego de la actitud de concordia presumida por el presidente.
Aunque la manifestación fue totalmente con tintes políticos, el cuestionamiento a las acciones del presidente se da debido a la tolerancia que se ha tenido con otras manifestaciones que han terminado con destrozos en diversos lugares del país.
Basta recordar las manifestaciones feministas o la de aniversario por los desaparecidos de Ayotzinapa, que perdieron su enfoque principal y se convirtieron en un pretexto para vandalizar monumentos, negocios y hasta librerías.
En vez de generar una mejor convivencia en el país, las decisiones que ha tomado López Obrador han provocado la división total entre sus seguidores, que avalan cada uno de sus decisiones; los políticos de oposición y la sociedad común y corriente que termina siendo la más afectada.