El 2019 podría ser uno de los años con más desastres naturales de las últimas dos décadas, de acuerdo con un informe del Centro de Monitoreo y Desplazamiento Interno (IDMC, en inglés) con sede en Suiza. Y los pronósticos parecen cumplirse: en Argentina, por ejemplo, hay más de 5.000 personas afectadas por una imponente inundación.
A un metro de altura subió el agua en una de las zonas más pobres de la provincia de Buenos Aires. Los desbordes del río Matanza y sus arroyos afluentes provocaron que miles de personas salieran huyendo de sus hogares. Las calles, inundadas, solo son accesibles mediante botes y barcazas.
Los más de 250 milímetros de lluvias caídos en La Matanza el segundo fin de semana de octubre desencadenaron las inundaciones y sus ya conocidas consecuencias que se repiten una y otra vez: miles de familias desplazadas de sus casas invadidas por el agua, que pierden sus pertenencias y una parte de sus vidas.
En Bolivia, las fuertes lluvias provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra en los primeros cuatro meses del año, lo que obligó a más de 70.000 personas a huir de sus hogares, según el IDMC. Los ejemplos son infinitos. Y no es solo en América Latina.
En marzo y abril, medio millón de iraníes tuvieron que abandonar sus casas y acampar en refugios temporales después de que una gran franja del país viera algunas de las peores inundaciones en décadas.
Son desgarradores episodios de una trágica coyuntura global descrita en el último informe sobre desplazamientos internos del IDMC. En agosto, los autores pronosticaron que 2019 cerraría como uno de los años más desastrosos de las últimas dos décadas.
Además de las inundaciones, deslizamientos de tierra, ciclones y otros desastres naturales desplazaron temporalmente a más personas en la primera mitad de 2019 que durante el mismo periodo en los dos años anteriores.
Entre enero y agosto de este año, más de 7 millones de personas en el mundo fueron desplazadas de sus hogares por estas razones, dice el informe. Y el número sigue creciendo. En septiembre, por ejemplo, la naturaleza se manifestó con el paso del huracán Dorian por las islas Bahamas que dejó unas 13.000 casas arrasadas.
El ICDM estima que la cantidad de desplazamientos relacionados con desastres naturales podría aumentar a 22 millones para fin de año. La peor época para esos accidentes todavía está en curso: la temporada ciclónica en el Caribe comprende desde junio a noviembre.
"En el clima cambiante de hoy, el desplazamiento masivo provocado por los fenómenos meteorológicos extremos se está convirtiendo en la norma", afirma el documento del IDMC.
Asimismo cada año son más las personas afectadas por las inclemencias del tiempo que por los conflictos en el mundo. Todos estos acontecimientos doblan la cifra de personas desplazadas por fenómenos meteorológicos extremos, principalmente tormentas, que el número de desplazados por conflictos y violencia en los primeros seis meses de 2019, reporta el monitoreo.
Los científicos observaron un mejoramiento en la preparación de los gobiernos y autoridades para este tipo de condiciones climáticas extremas. Es cierto que muchos países han logrado desarrollar sistemas de alerta temprana y refugios de evacuación, lo que minimiza bastante la prolongación de las afectaciones.
Sin embargo, los desafíos serán cada vez mayores. "Con el impacto del cambio climático, en el futuro se espera que este tipo de peligros se intensifiquen", dijo a The New York Times, Alexandra Bilak, directora del ICDM.