Cuando era presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa no era precisamente un personaje querido por el pueblo mexicano. Su nivel de aceptación era muy bajo y año con año diversos sectores de la sociedad anhelaban su renuncia a este puesto.
Tras 7 años de haber dejado la presidencia, Calderón Hinojosa ha subido en niveles, pero de rechazo ante la sociedad. La muestra clara es la negativa respuesta que ha generado su presencia en un congreso a desarrollarse en el Tec de Monterrey.
A través de change.org, alumnos de esta institución educativa lanzaron la petición para evitar la asistencia de Calderón al Simposio Internacional de Derecho que se llevará a cabo en esta universidad regiomontana.
Hasta el momento, la petición lleva más de 14,000 firmas para que no asista el expresidente, demostrando de esta manera que son nulos los buenos recuerdos de Felipe Calderón tras su mandato.
Quienes lanzaron esta petición argumentan que el 19 de marzo de 2010, elementos del Ejército Mexicano asesinaron a Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, quienes estudiaban en el Tec de Monterrey.
Los alumnos de esta institución, como muchos mexicanos, no olvidan la actitud bélica que adoptó Felipe Calderón en su sexenio y por este motivo consideran que no tiene cabida en el Tec, aunque autoridades de esta universidad han justificado su asistencia.
El rechazo hacia el exmandatario no solo es notorio en acciones como la antes mencionada, pues en redes sociales recibe infinidad de críticas cuando intenta ponerse como ejemplo ante las fallas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Incluso, la sociedad mexicana pone en el primer lugar de los expresidentes más repudiados a Felipe Calderón, por encima del mismo Enrique Peña Nieto, pues consideran que las acciones del panista dañaron mucho más a México que lo hecho por el priista.
Otro ejemplo claro es el rechazo que ha recibido la intentona de Calderón para formar junto a su esposa, Margarita Zavala, un nuevo partido político, algo que parece no será una realidad por el mal sabor que dejó el sexenio calderonista a los mexicanos.