
Los conductores del transporte público en Puebla, en su mayoría, carecen de prestaciones laborales como Infonavit e IMSS, además, al día permanecen más de 15 horas sentados, sin poder ir al sanitario, sin horarios para comer y ver a sus familias, incluso son víctimas de extorsiones y deben enfrentarse a la prepotencia de algunos automovilistas y pasajeros.
A lo anterior, se suma el pagar un tarjetón para poder laborar y amonestaciones por llegar tarde a sus bases entre vuelta y vuelta.
Los choferes también deben “sacar” para el gas o diésel de la unidad. Aunado a ello, la mayoría de los hombres que están detrás del volante deben lidiar con las inclemencias del tiempo, es decir, manejar por varias horas bajo el incesante calor o, en su caso, con la poca visibilidad durante una tormenta.
La mayoría de los conductores inicia su día a las 5 de la mañana; empero, deben levantarse una o dos horas antes para llegar a sus bases, “calentar” el camión y empezar su jornada laboral.
Luego, concluyen entre las 22:30 y 23:00 horas, es decir, 18 horas después. Esta situación los lleva a no ver a sus familias, además de acumular un agotamiento físico que descargan durmiendo menos de cinco horas.
Durante su jornada, se enfrentan a hombres y mujeres que los extorsionan con “unos pesitos”, pero que entre vuelta y vuelta la suma entregada puede ser de hasta 50 pesos.
Los conductores del transporte público no tienen un salario fijo, todo depende de cómo esté el día. Por ejemplo, en vacaciones sus ingresos son mucho menores.
Por si todo lo anterior fuera poco, también son víctimas de chantaje por parte de elementos de Tránsito, quienes en su mayoría aprovechan las continuas infracciones que cometen para exigirles la tradicional “mordida”.
En caso de una enfermedad, son pocos los propietarios de unidades que apoyan a sus trabajadores. La mayoría de los transportistas se deslinda y es la propia familia la que debe desembolsar el monto correspondiente.
Pese a todo lo anterior, el posible incremento al costo del pasaje no beneficiará a los choferes, los únicos que se verán favorecidos serán los propios concesionarios, aquellos que no ofrecen ningún tipo de prestación a sus empleados.