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Por increíble que parezca, el expresidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, están con un pie fuera de prisión, pues lograron echar abajo casi todas las acusaciones que les consignó la PGR por el caso de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
De acuerdo con información de Milenio, el asunto tiene que ver con una orden de aprehensión librada el 6 de octubre de 2017 y que fue cumplimentada en el transcurso de este año, en la que señalan a Abarca y su esposa como presuntos responsables de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Los tres testigos que declararon en dicha causa penal contra Abarca y Pineda son los mismos cuyos testimonios fueron invalidados por un juez federal y un tribunal colegiado, pues demostraron que fueron víctimas de tortura.
Dicha situación originó que Gildardo López Astudillo, “el Gil”, fuera puesto en libertad el pasado 30 de agosto, así como sus supuestos subordinados y 24 policías municipales.
Por tal motivo, en los próximos días serán presentados los incidentes de libertad para que la pareja salga de prisión. Actualmente, José Luis Abarca y María de los Ángeles Pineda permanecen presos en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, y en el penal federal femenil de Amacuzac, Morelos, respectivamente.
