Las series televisivas –sobre todo en TV de paga- nos han llevado de la mano al consumo de temas que antaño eran sumamente delicados para la sociedad mexicana, como el asunto de los asesinos seriales. Hoy en día, esos contenidos que resultaron tabúes en su momento, se han vuelto parte del discurso cotidiano y del imaginario público, “Ted Bundy: Durmiendo con el asesino”, es una muestra de ello.
El filme de ficción, dirigido por Joe Berlinger y protagonizado por Zac Efron, narra la historia de uno de los asesinos seriales más famosos de los Estados Unidos, Ted Bundy, cuya cobertura mediática fue tal que permitió a algunas televisoras ganar o retomar altos niveles de raiting.
El argumento observa la cruenta vida de Bundy desde una perspectiva diferente, pues el cineasta estadounidense mira con los ojos de la enamorada (Lily Collins) al sádico asesino, considerándolo digno de un altar, sin identificar la maldad que emana. La historia está basada en el libro de Elizabeth Kloepfer, quien originalmente fue esa enamorada y que nos explica que el amor nunca pudo florecer del todo, por los fatales descubrimientos que fue haciendo.
El filme nos muestra una parte de la historia entre Liz y Ted, una pareja que parece muy sólida. Justo el inicio del filme nos deja ver la detención del asesino de manos de la policía. Esa secuencia es, sin duda, un gancho sencillo pero efectivo para atraer la atención del espectador.
La cinta tiene un marco referencial bastante atractivo, que por momentos se disipa por la falta de pericia histriónica de Zac Efron, quien deja mucho que desear en el plano interpretativo, pues no es lo mismo tirar rostro en “High School Musical” (2006) o “Guardianes de la bahía” (2017), que portar la sonrisa y los cambios de temperamento de un asesino despiadado.
Un contrapeso interesante es el que asume Lily Collins al personificar a Liz. En la parte argumental, se le adjudica la labor de transformar la idea del espectador del personaje sanguinario que tiene como pareja, siendo una mujer emotiva, delicada y muy tranquila y, por otro lado, su interpretación es bastante efectiva, al grado de conectarse con el espectador.
De las opciones veraniegas, el largometraje resulta interesante, sin alcanzar el nivel de una gran recomendación, pero cumple con la máxima del cine que es entretener. Puede ser una buena opción para asistir al cine.
Solo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “CinematografoCeroCuatro” en Facebook y “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.